Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 29 de junio de 2025
No había duda alguna de que las funciones ópticas se conservaban intactas, es decir, que D. Francisco veía; mas era tan penosa la impresión de la luz en sus ojos, que si por un instante se levantaba la venda, los crueles dolores y el ardor vivísimo que sentía obligábanle a ponérsela otra vez. Su mujer le cuidaba con un esmero y atención dignos del mayor elogio.
Teodoro Golfín observaba estos fenómenos con la más viva curiosidad, porque era aquél el segundo caso de curación de ceguera congénita que había presenciado. Los demás no se atrevían a manifestar alegría; de tal modo les confundía y pasmaba la perturbada inauguración de las funciones ópticas en el afortunado paciente. Pablo experimentaba una alegría delirante.
Las dos mujeres callaron, consternada y atónita la joven, aburrida la vieja. Como había pasado algún tiempo desde su llegada al término de la caverna, los ojos de entrambas comenzaron a distinguir confusamente la silueta del gran disco de madera, que trazaba figura semejante a las extrañas aberraciones ópticas de la retina cuando cerramos los ojos deslumbrados por una luz muy viva.
Vamos muy bien, vamos muy bien, y llegaremos si seguimos despacio. La luz crepuscular con la cual nuestro querido Thiers había tenido el gusto inmenso de probar el restablecimiento de sus funciones ópticas, se desvanecía lentamente.
Clarita y otras niñas de la escuela creían á pie juntillas que la madre Angustias no tenía ojos, y que todas sus facultades ópticas residían en aquellos dos temibles vidrios verdes, engastados en una armazón rancia y enmohecida; y acontecía que para imitarla cortaban dos redondeles de papel verde del forro del catecismo y se lo pegaban con saliva en los ojos, con lo cual se morían de risa.
Eran los espejismos del desierto que por sus formas variables é inesperadas llamaban la atención harta de los hijos del país, acostumbrados á toda clase de ilusiones ópticas. En el último término de la gigantesca cortadura abierta por el río, casi al ras de la línea del horizonte, se deslizaba un largo gusano negro con una pequeña vedija de algodón en la cabeza.
Palabra del Dia
Otros Mirando