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Actualizado: 19 de julio de 2025


Pero no ocurrieron de este modo las cosas, porque ningún transeúnte se fijó en el pecho postizo, que era lo mismo que una vejiga de manteca; y al fin la chiquilla se apresuró a quitarlo, discurriendo con buen juicio que si doña Lupe al entrar veía colgado del balcón aquel acusador de su defecto, se había de poner hecha una fiera, y sería capaz de cortarle a su criada las dos cosas de verdad que pensaba tener.

Martín y Bautista le preguntaron varias veces qué le pasaba para estar tan triste, si es que le dolían las muelas, si tenía las digestiones lentas, disgustos de familia o algún desorden en la vejiga; a todas estas preguntas contestaba Cacochipi, alias Cracasch, diciendo que no le pasaba nada, pero suspiraba como si le ocurrieran todas esas calamidades al mismo tiempo.

La parálisis arsenical afecta tambien las partes superiores de la médula, en las que pueden presentarse dolores, adormecimiento, hormigueo, contracciones espasmódicas, efectos directos del arsénico, lo mismo que los calambres, los edemas, palidez, diminucion de calor, marasmo sin atrofia. En medio de estos desórdenes, la vejiga y el recto funcionan bien.

Y la vejiga, con todas sus entrañas anexas, desaparecía al fin en las profundidades del vientre, mientras dos mozos, con la agilidad de la costumbre, cosían la piel. Cuando el caballo quedaba «arreglado», con bárbara prontitud, le echaban un cubo de agua por la cabeza, libertaban sus piernas de la trabazón de las correas y le daban unos golpes de vara para que se pusiera en pie.

Coge las tijeras y corta la vejiga alrededor. Después pones las hilas encima de la llaga y se concluyó... ¡Ya ves que es bien fácil! Ventura no respondió. Tornó las tijeras, se inclinó de nuevo y se puso a cortar la piel. ¿Te duele? Nada: sigue adelante. Pero al quedar la llaga al descubierto la joven no pudo reprimir un gesto de repugnancia. Los ojos de su marido, que la espiaban, se turbaron.

No hay ciertamente flegmasía alguna de las membranas mucosas estraña á la cantárida, desde la del exófago y de la faringe, que simula la hidrofobia, aun con encefalitis, hasta las inflamaciones mucosas de los riñones, de los intestinos, del estómago, de la vejiga y de la uretra.

»Yo no me desespero; perfectamente el mal que la mina, es una afección a la vejiga que contrajo, a consecuencia de las malas aguas, durante nuestra estancia en Madrid... ¡Hágase la voluntad del Señor! »Me olvidaba decirle que nos hemos mudado de alojamiento; dejamos la Embajada francesa para no tener relaciones con el «Gallo enjuto», y vivimos ahora en el Palacio de la Legación de Inglaterra.

Palabra del Dia

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