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Dios puede crear los dos; podemos concebir existentes los dos, sin negacion de la existencia de ninguno de ellos: aquí la coexistencia. Cuando no hay sucesion entre ellos; cuando los dos existen: cuando no hay la existencia del uno y la negacion del otro.

A las dos horas distinguió por encima de una sucesión de gibas del camino, penosamente remontadas por la vanguardia del cortejo, una especie de nube blanca que se mantenía á ras de tierra. Estaba envuelta en el temblor vaporoso de los objetos indeterminados por la distancia. Sólo él podía abarcar con su mirada una extensión tan enorme.

Venían esos dos señores, D. Francisco y D. José María, médico el uno, el otro secretario del Ayuntamiento... pues venían a decirme que el García de los Antrines, tío carnal de mi Antonio, les había nombrado testamentarios... Ya... Y que... la cosa es clara... como no tenía el tal sucesión directa, nombraba herederos... ¿A quién?

De este modo, se explica el tiempo por la sucesion, y la sucesion por el tiempo. ¿Qué es despues, sino una parte del tiempo, que está en relacion con un antes? El ser y no ser de cosas distintas puede ser simultáneo; y en una misma cosa, no hay repugnancia entre el ser y el no ser, sino en cuanto se refieren á un mismo tiempo.

Dios conoce los futuros contingentes que dependen de la voluntad humana, no precisamente porque conoce la actividad de esta, sino porque ve en mismo, sin sucesion de tiempo, no solo todo lo que puede suceder sino lo que ha de suceder, pues que nada puede existir ni en lo presente ni en lo futuro sin su voluntad ó permision.

En Dios, añade Buffier, no hay sucesion, y sin embargo, su ser dura. Es indudable; mas el argumento lejos de confirmar la doctrina de este filósofo, manifiesta su debilidad.

Semejante raciocinio, que no siempre puede tacharse de infundado, tiene sin embargo el inconveniente de inducirnos con frecuencia al error; pues no es fácil poseer la discrecion necesaria para conocer cuándo la existencia ó la sucesion son un signo de dependencia, y cuándo no.

En Santa-Elena, pequeña poblacion moderna de unos 600 habitantes, las montañas parecen abrirse para dar paso á la vida; el cielo es ya mas bello, el aire mas delicioso, y la naturaleza sonrie. Apénas hace un siglo que la Sierra-Morena era un desierto, una inmensa sucesion de encrucijadas espantosas, sin ninguna señal de vida, de industria ni de comercio.

Adivino de su próxima muerte, el Rey veía arrebatado a su sucesión directa aquel trono que quiso asegurar con el absolutismo. ¡Y era el absolutismo quien le destronaba! ¡La fiera a quien había alimentado con carne humana, para que le ayudara a dominar, se le tragaba a él, después de bien harta! ¡Cómo se reirían en sus tumbas, si posible fuera, los seis mil españoles que subieron al patíbulo para servir de cebo a la mencionada fierecita!

De este modo consolaba a su nuera, que más le parecía hija; pero allá en sus adentros deseaba tanto como Jacinta la aparición de un muchacho que perpetuase la casta y les alegrase a todos. Se callaba este ardiente deseo por no aumentar la pena de la otra; mas atendía con ansia a todo lo que pudiera ser síntoma de esperanzas de sucesión. ¡Pero quia!