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Actualizado: 27 de julio de 2025
La Muy Noble, Fidelísima, Heroica, Vencedora y Excelentísima Ciudad de Teruel, que cuenta unos once mil, cuatrocientos treinta y dos habitantes, ha usado desde la mas remota antigüedad un escudo de armas consistente en dos cuarteles ovalados entre banderas del pabellón Nacional, conteniendo el primero las barras de Aragón en campo rojo; y el segundo en campo azul, el toro y la estrella que simbolizan la localidad, estando enlazados y sostenidos por un murciélago, emblema de la gran parte que tomaron los hijos de Teruel en la conquista de Valencia por el rey D. Jaime de Aragón, y con corona ducal; y por servicios distinguidos en todos tiempos defendiendo con tesón y denuedo la causa de la patria, y por haber resistido Teruel el sitio que la puso el brigadier Enna a fines de Junio de 1843, a pesar de la gran constancia y valor con que la atacaron las tropas sitiadoras, el gobierno provisional de la Nación por decreto de 11 de Setiembre de 1843, concedió a su Ayuntamiento el tratamiento de Excelencia, y el añadir a sus armas un nuevo cuartel en campo rojo, con un cañón y un obús cruzados, y en su centro una pila de balas como emblema del ataque sufrido y de la victoria conseguida, confirmando a la ciudad los títulos que de tiempo inmemorial goza de Muy Noble, Fidelísima, Heroica y Vencedora.
Se fijó en los grupos escultóricos que simbolizan las fuerzas del Océano ó las artes de los navegantes; leyó los nombres esculpidos en los frisos, títulos de buques que se ilustraron por sus exploraciones científicas. Al fin subió la escalinata, viéndose envuelto en una frescura sonora de catedral, pero sin la ranciedad del ambiente cerrado, con un tufillo salino procedente del mar inmediato.
Sin duda que el poeta, allá en los tiempos antiguos, con inspiración inconsciente, con estro divino, agitado por un furor que le viene del cielo, crea personajes y acciones, que entrañan y simbolizan grandísimas verdades. Más tarde viene el crítico, el pensador dialéctico, el hombre frío y reflexivo, y va desnudando del símbolo las verdades en él ocultas, y deshace la poesía y crea la ciencia.
Su segundo esposo presidió ministerios y arregló los destinos del planeta hablando hasta media noche en la Cámara de los Comunes ante los hombres que simbolizan la majestad de Inglaterra con el sombrero calado y los pies en el respaldo del banco anterior. Dos lores discípulos de Jorge Brumell murieron por ella.
Palabra del Dia
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