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Actualizado: 25 de junio de 2025
Si la cuestion se presentase bajo el punto de vista de Dugald-Steward, seria hasta indigna de ser ventilada: en buena filosofía no puede disputarse sobre cosas no solo absurdas sino ridiculas.
Mi amigo es un necio, un caviloso, señora. ¿Apostamos a que por estas y otras imaginaciones ridículas va a dar en la flor de decir que no se casa? ¡Cómo! exclamó la dama . Mi hijo no será capaz de tal simpleza. Sí, señora, sí seré capaz dijo D. Diego sin poder contener el ímpetu de sus celos. ¡Diego, hijo mío! Sí, señora, lo que dice Gabriel es verdad, no quiero casarme, al menos hasta ver...
Acaso en ninguna parte son mas ridículas y palpables las vanidades y tonterías de la flaca humanidad, que en esos sitios donde la naturaleza ostenta como soberana la casta desnudez de sus gracias ó la majestad de sus grandiosas formas. El panorama que la vista abarca desde el Kulm es imponderablemente sublime, variado y sorprendente.
En cuanto á su mérito sólo diremos que algunos rasgos aislados, llenos de poesía y de verdad, no compensan, ni mucho menos, su falta absoluta de orden y plan, y las absurdas y repetidas digresiones que tanto dañan al curso de la acción. Juntáronse arbitrariamente en estos misterios las cosas más serias y ridículas, y lo trágico y lo cómico se mezclaba y confundía sin concierto.
Los muy curiosos pueden verlas en las dos obras citadas en la nota antecedente, así como tambien la comprobacion de todas las demas ceremonias que vamos detallando, por ridiculas que parezcan.
Inventó retratos de Colón, e inventó igualmente ridículas historias sobre la vida del Almirante y la injusticia y crueldad de los españoles. El librero Bry continuó Ojeda fue el autor de ese cuento soso e imbécil sobre «el huevo de Colón»... ¡La suerte de ciertas tonterías!
Corría de un lado á otro poniéndole dos sillas á un mismo tiempo para que se sentase. Hacía mil reverencias ridículas y no se cansaba de repetir «¡que cuándo podía esperar ella que la señora condesa se dignara entrar en una choza tan miserable!» El joven escuchaba las zalamerías de su madre con indiferencia: Laura, con semblante risueño y agradecido.
Palabra del Dia
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