Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 15 de mayo de 2025


Se encerraba en su despacho o en su alcoba y recitaba grandes relaciones como él decía, de las más famosas comedias, casi siempre con la espada en la mano. Así le había sorprendido su mujer, sin que él lo supiera nunca, la noche de Noche buena. Verdad es que había cenado fuerte el buen señor y se le había ocurrido celebrar a su modo el Nacimiento de Jesús.

Era, en resumen, un chico de buena pasta, pero le faltaban valor y empresa. Carecía en absoluto de todo sentimiento estético, pues alguna vez llegó a vérsele sentado remendando su ropa vieja, mientras que Abelardo recitaba los conmovedores apóstrofes de Byron al Océano. En cierta ocasión, preguntó muy serio a Abelardo si creía que Byron se hubiese mareado en alguna ocasión.

El metro y los consonantes parecían el imperativo categórico de su conciencia. Recitaba sus poesías, y los oyentes se inclinaban a considerarle como a un santo padre, doctor iluminado y bendito siervo de Dios. Hablaba sin número y sin rima, y daba miedo oírle; era un desenfrenado galopín, sin creencias y sin respeto a cosa alguna.

Recitaba, sílaba a sílaba, salmos del Miserere... y yo no supe qué hacer ni qué decirle en los primeros momentos: me imponía aquel cuadro que nunca había visto, y sentía al mismo tiempo mucha compasión.

Y disparataba sin conciencia; porque él, incapaz de calumniar a sus semejantes, cuando se trataba de santos y curas creía que no estaba de más. Ana leyó los versos de San Juan y entonces sintió la lengua expedita para improvisar oraciones; las recitaba en verso en sus paseos solitarios por el monte de Loreto que olía a tomillo y caía a pico sobre el mar.

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando