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Actualizado: 18 de mayo de 2025
Estas y otras semejanzas con regiones aun mas distantes, hacen necesaria cuanto antes, la esploracion bajo este punto de vista de toda la América austral, desde Panamá hasta el Cabo de Hornos, y, cuán fácil sería para los gobiernos, proceder de acuerdo para llevar adelante tales trabajos!
No fue poco trabajo por la mañana reunir todos los elementos de viaje, desde las mulas a los indios portadores. Pero no nos dábamos prisa, porque habíamos resuelto hacer ese día una jornada corta, para dar descanso a las señoras y a los niños. No me olvidaré de una niñita de 7 años, de Panamá, que un caballero llevaba a Bogotá para entregarla a sus padres.
Y, sin embargo, uno de los más fuertes exportadores, el iniciador de la idea, cuenta doblar la exportación en dos años más, habituando a la banana a toda la región central de los Estados Unidos que aun no ha mordido la blanda fruta. Es bueno advertir que el plátano de Panamá, que es el mejor del mundo, se da todo el año.
También llevó maestros tejedores del Ecuador, estableció una escuela y estimuló dicha nueva industria a tal extremo que hoy día Panamá tiene derecho a apadrinar el sombrero de jipijapa. Este experimento dió un resultado tan satisfactorio que el ministro de fomento de Honduras puso en práctica un proyecto semejante, y algunos excelentes sombreros de Panamá o jipijapa proceden ahora de Honduras.
Las minas dan oro, cobre, hierro, carbón y una abundancia de sal; los lagos asfálticos rinden asfalto de la mejor calidad; y se encuentran perlas aquí y allá a lo largo de la costa. De Nueva Orleans se puede ir en vapor a Colón, Panamá, y de allí a La Guaira, Puerto Cabello y otros varios puntos.
Pero a nuestro parecer, la nota más alta y original de su obra son, precisamente, estos cuentos, que constituyen la cristalización literaria en el sentido stendhaliano, de la California de los tiempos heroicos, de la tierra del oro, de la sangre y de las aventuras, que afortunadamente para la civilización pero quizá no para el arte, ha cedido ante otra California bucólica, comercial, donde se vive tan bien como en todas partes, y que el corte del istmo de Panamá acercará a Europa de unos veinte días.
Comerciantes en viaje para Guayaquil y Costa Rica, commis-voyageurs, y sobre todo, empleados para los trabajos del Canal de Panamá: he ahí el mundo de a bordo. Tres o cuatro francesas, unidas morganáticamente a subinspectores e ingenieros de séptima clase, que iban al Istmo a tentar bravamente la fortuna, porque sabían que probablemente sólo encontrarían la muerte.
La Inglaterra contesta que, teniendo indiscutibles intereses en el Pacífico, y siendo el Canal de Panamá una ruta para la India, es natural que quiera tomar parte en la garantía. Entonces reclamo mi parte también, contestan los Estados Unidos, en la garantía del canal de Suez. La Inglaterra sonríe... e insiste. Vamos por partes.
No es este el momento, ni entra en mi propósito estudiar las causas que la originaron ni establecer las responsabilidades respectivas; pero no cabe duda que la influencia irresistible de Chile, la lenta invasión de su comercio y de su industria a lo largo de las costas del Océano, desde Antofagasta a Panamá, se habría ejercido de una manera fatal, dando por resultado la prosperidad chilena, más seguramente que por la victoria alcanzada.
Ahora bien, ¿cuál debe ser nuestra actitud sudamericana respecto a la cuestión de la garantía del Canal de Panamá? Se desprende claramente de las premisas anteriores: la preferencia indiscutible de la garantía colectiva de la Europa y la América sobre la garantía exclusiva de la Unión.
Palabra del Dia
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