Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 20 de mayo de 2025


Entusiasmado por la generosidad con que pagaban sus trabajos astronómicos, compuso una décima en que llamaba á los Orejones protectores de la ciencia. El niño crecía. Inútil es decir que durante su infancia parecían adquirir fundamento las esperanzas de sus padres. ¡Qué precocidad! Todo lo que el niño hacía era prodigioso nunca visto ni oído.

Desatáron pues los Orejones á los dos presos, les hiciéron mil agasajos, les diéron víveres, y los conduxéron hasta los confines de su estado, gritando muy alegres: No es jesuita, no es jesuita. No se hartaba Candido de pasmarse del motivo porque le habían puesto en libertad. ¡Qué pueblo, decia, qué gente, qué costumbres!

Y de allí el Viracocha se partió y vino haciendo sus gentes, como ya habeis oido, hasta que llegó al Cuzco; donde llegado que fué, dicen que hizo un Señor, al cual puso por nombre Alcaviza, y puso nombre ansímesmo á este sitio, do este Señor hizo, Cuzco; y dejando órden como despues quél pasase produciese los orejones, se partió adelante haciendo su obra.

Se sirve el pavo rodeado de aceitunas. PAVOS ASADOS y RELLENOS A LA CATALANA. Se limpian los pavos, se les quita el hueso que tienen en la pechuga, se espolvorean de sal y pimienta blanca en polvo y se rellenan con lo siguiente: Se cuecen castañas, orejones y ciruelas; se refríen salchichas, jamón, piñones, y las cosas cocidas con manteca de cerdo; se echa también cebolla, y todo esto se rocía con vino blanco, especias, canela molida, nuez moscada y pimienta blanca.

La reduccion es de indios Mataguayos y Orejones, que estan al cargo de religiosos de mi órden.

Entre una y otra representación tocaban las músicas alegres polcas, y la granujería de siempre, agarrada de un modo repugnante, improvisaba academias de baile en las aceras, chocando muchas veces contra las mesas donde las buenas mozas de vestido almidonado, pañuelo de seda y cara bravia vendían garbanzos tostados, orejones y ciruelas pasas.

Cercábanlos unos cincuenta Orejones desnudos, y armados con flechas, mazas y hachas de pedernal: unos hacian hervir un grandísimo caldero, otros aguzaban asadores, y todos clamaban: Un jesuita, un jesuita; ahora nos vengarémos, y nos regalarémos; á comer jesuita, á comer jesuíta.

CABEZA DE VACA, cap. 76, fol. 51. Fué y volvió, refiriendo lo que dice el mismo CABEZA DE VACA, cap. 69 y 70, fol. 4, vuelta 5. Hernando de Rivera á los Orejones y Acarés, navegando rio arriba.

Al lado del N nos salió una indiada Mataguaya de unos 350, y entre ellos algunos Orejones; y habiendo practicado con ellos el mismo evangélico y piadoso oficio que con los pasados, é instándoles se redujesen, todo era decir: dáme, Padre.

Y luego mandó Inca Yupanqui, que por cuanto eran orejones, que luego les fuesen trasquilados sus cabellos; y ansí ellos mismos se trasquilaron todos, viendo la voluntad del Inca y viendo que les hacia merced en aquello, y porquel traje de Inca Yupanqui y de los del Cuzco era andar atusados.

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando