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Actualizado: 19 de junio de 2025
En estos nueve días la desposada duerme con sus amigas, las cuales la rodean, no dejándola ni un momento sola. ¡Delicada y alegórica costumbre en que se despide la dalaga del mundo, rindiendo en aquel novenario el último tributo á la virginidad! Bindoy es completamente feliz al lado de Nínay. Veamos en el siguiente capítulo si es ó no posible la felicidad en el indio. ¿Es ó no feliz Ambrosio?
Dos horas fuimos hablando, y en ellas me contó Ninay, con una encantadora naturalidad, una verdadera serie de superfluidades para mí, pero que constituían para ella un mundo. Me habló de su cocal, de la saya que tenía preparada para el baile, de la peineta de su amiga Chichay, del imbay del Moro y del Rosillo, y por último de su novio.
Varias veces levanté la cabeza desde que dejamos el kiosco y siempre encontré á mi lado una misma cara. Yo no buscaba á Ninay, y sin embargo, constantemente estaba cerca de mí. ¿Quieres fumar? la dije, á la par que sacaba la petaca para encender un cigarro. Tu cuidado, me contestó con esa habitual franqueza de la india.
Fué aceptado por todos, trabajó como un cumplido pacientísimo su año de servicio, y cabezang Juan guardó en el fondo del arca las dos monedas del habilin. Ya lo tenemos, por lo tanto, novio oficial de la simpática dalaga, cuyo nombre era el de Nínay.
Del estado de novio al de marido, hay entre el indio muy poco camino, así que á los pocos días tomaron el que dirige al convento, Bindoy, Nínay, el amang-cruz y los padres de aquellos. Presentes los novios ante el párroco, fueron examinados, y nemine discrepante aprobados, quedaron inscritos para las amonestaciones.
Un cigarro, en todas partes del mundo es un gran introductor; el que oprimía entre sus labios Ninay, hizo tan perfectamente la presentación, que no se interrumpió entre nosotros la conversación hasta que llegamos á los bantayanes de Atimonan.
Kiosco en el camino, Grupos fantásticos. Compañía no buscada. Ninay. Una presentación por medio de un cigarro. El Moro y el Rosillo. Atimonan. Su historia, sus productos y su estadística. Un bailujan, un regalo y una promesa. El correo. Gumaca es uno de los pueblos más sanos y mejor situados de los que bañan las aguas del Pacífico en las costas de Tayabas.
A la noche siguiente á la de nuestra llegada á Atimonan, y terminadas que fueron las quintas y elecciones, hubo el consabido baile, en el que volví á reanudar la conversación con Ninay: me hizo conocer á su novio; y yo en pago de sus secretillos la dí un anillito, en el que estaba esmaltada una imagen de los Dolores, exigiéndola al dárselo que había de ser el que usase el día que se casara.
Después supe no había olvidado mi deseo, y que alguna que otra vez recordaba Ninay al castila de las balbas, nombre con el que me conocían en toda la contra-costa.
Leídas que fueron las solemnes palabras de San Pablo, Bindoy miró de reojo á Nínay, el cura bendijo la unión de ambos, y todos contentos y satisfechos regresaron á la casa de la desposada, en la que el pobre marido, antes de entrar en posesión de su mujer, tiene que sufrir nueve ¡nueve! interminables días, por supuesto con sus correspondientes noches de baile, cutang-cutang, coquillo y demás agasajos que para el pobre Bindoy son otras tantas mortificaciones.
Palabra del Dia
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