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Actualizado: 3 de junio de 2025


E hizo una rápida incisión horizontal en el brazo, en el sitio en que una arteria se dibujaba en línea azulada en la blancura nívea de la carne. Los bordes de la herida se apartaron sin llenarse de sangre; sólo al cabo de unos segundos, dos o tres gotas negras rezumaron lentamente.

Después de haberse sucedido dos generaciones humanas en las llanuras, hay copo de nieve caído en el pico que todavía no ha salido de la masa general. Pero, por lentamente que lo haga, ese copo convertido en cristal, no deja de adelantar. La masa nívea, que ha adquirido homogeneidad y se ha transformado en hielo, cae al alfoz de la montaña hacia el cual la arrastra su peso.

Hemos dicho tal como se cultiva en Europa, puesto que el género Urtica al que pertenece la especie Utilis, ó sea el ramio, de antiguo es conocido en Filipinas en donde crece y se desarrolla sin que para nada entren los cuidados del hombre; y esa misma Urtica es seguramente la que ya describió en 1837 el sabio botánico Frey Manuel Blanco, en su Flora Filipina con el nombre de Urtica Nivea, de la que dice en la primera edición de su obra «que la corteza preparada se hila y sirve para hacer telas.» Y nada tiene de extraño que la tan renombrada ortiga fuese de tiempo inmemorial conocida en Filipinas, pues que de sus vecinas costas de China procede.

Por la parte de las vidrieras, que caían a la azotea del Casino, veíase, en efecto, un rostro de pisaverde, imberbe casi, destacándose entre la blancura de porcelana de primorosa camisa y nívea corbata de batista, cuyo triángulo cerraba una de esas ágatas llamadas ojo de gato, a que dio tan fabuloso valor el capricho de los elegantes de dos o tres años acá.

En grandes jarrones de porcelana española, los viejos jarrones de la familia, frescos ramilletes de rosas, lirios y azucenas; y por todas partes, regados aquí y allá, pétalos rosados, amarillos, blancos, purpúreos; y apiladas en torno de mi taza, las místicas y caducas balsaminas, los chinos de castor, que de ordinario engalanaban la humilde lamparilla de la Dolorosa, lucían ahora en aquel banquete religioso su nívea veste manchada de carmín.

Palabra del Dia

cabalgaría

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