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Actualizado: 28 de noviembre de 2025


Quando las voces son aceptadas del comun de los Profesores de las Artes, unas son de retener, otras no. Hace una especie de Pueblo literario el comun de los Estudiosos, y tiene su uso formado en ciertos vocablos, los quales aunque sean bárbaros, son de retener siempre que sean introducidos para la necesaria declaracion de los conceptos mentales.

Generalmente, el único personaje de esas tonadillas era una sola actriz, que cantaba una aventura amorosa. Otras composiciones, sin valor literario y de corta extensión, que agradaban en esta época, se denominaban follas.

Es siciliano, como Verga, el autor de Cavalleria rusticana, con el cual su talento literario presenta algún parecido. Como Verga, también es un realista, de un realismo que ostenta el color luminoso de la isla nativa.

Posee el espíritu de investigacion, simultáneamente analítico y generalizador, la tendencia cosmopolita en las aspiraciones, el sentimiento artístico, literario y generoso en alto grado, y no poco de esa jovialidad expansiva y elástica, de esa facultad de asimilacion, que distinguen al Frances.

Entre los que escribían estaba Ojeda. Inclinado sobre un velador del jardín de invierno, iba llenando pliegos, lo mismo que en la víspera de la llegada a Tenerife. Pero ¡ay! su carta era ahora un trabajo literario y reflexivo. Los recuerdos venían a interrumpir su escritura, como la otra vez; pero estos recuerdos no evocaban dulce melancolía, sino vergüenza y remordimiento.

Los banqueros tienen asegurado en las obras literarias un éxito de odio y de rechifla. Los personajes simpáticos son pobres, y dicen cosas muy hermosas sobre las infamias del «vil metal» y la necesidad de idealizar la vida. El arte literario sólo había dispuesto, según Maltrana, de cuatro resortes para mover sus criaturas: el amor, el odio, el hambre y el miedo.

Yo le doy a leer los libros de mis amigos, y luego le pregunto qué es lo que opinamos de ellos. La Rosario tiene un criterio literario en el que la crítica no ha ejercido aún su perniciosa influencia: un criterio sano y honrado. Algunos autores, al enviarme sus obras, lo hacen dedicándoselas ya a la Rosario, y no falta quien le prodigue adjetivos laudatorios para congraciarse con ella.

Retana aduce dos: la censura de imprenta y el desconocimiento del castellano literario por la mayor parte de los filipinos netos.

Pero el ingenio de Lope es tan admirable y tan flexible para todo, que brilla en un género literario y en otro parece ser soberano. Así, en toda composición se encuentra á Lope, y todos los géneros poéticos han sido cultivados y perfeccionados por Lope. ¡Lejos, pues, malevolencia y envidia, aunque el envidioso exista, porque sobre una y otra está Lope!

Vale más encerrarse entonces en las atribuciones modestas del traductor y del copista, destino literario que no tiene en nada absolutamente de humillante, porque hay cien mil copistas por cada inventor.

Palabra del Dia

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