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Actualizado: 25 de julio de 2025
Miquis lo conocía y le pasaba la miel por los labios, contándole cosas estupendas, algunas de ellas falsas, y describiéndole aquellos apartados mundos donde ella no podía penetrar sino con la fantasía, mejor aún, con su ferviente anhelo. «Hace pocas noches le dijo comí en casa de la duquesa con tu Pez. Parece que se va a nadar a la Habana, porque aquí se queda en seco.
Comandante Ramiro Cuesta. Coronel Julián Betancourt. General Jacinto Hernández. Director General de Comunicaciones. Telegrafista Antonio Santamarina. Telegrafista José Betancourt. Telegrafista Miguel Linares. Telegrafista Ramón Linares. Telegrafista Eliseo Garrido. Veteranos General Emilio Núñez. Coronel Manuel Aranda. General Manuel Alfonso. Capitán Ed. Estrada. Guardia Local de la Habana
No sé si es porque España es una excelente madre o porque nosotros los españoles somos buenos hijos, lo cierto es que no podemos vivir sino en su seno. Es por lo uno y por lo otro, mi querido sobrino; por lo uno y por lo otro repitió con una sonrisa de gran satisfacción el general. ¡Es La Habana país muy rico!, ¿no es verdad, Rafael? preguntó la condesa.
Puede que me llegue un ratito a casa de Paca Morejón. «Yo la acompañaré a usted... Tengo que ir a ver a Narciso para que me preste unos apuntes. La dejaré a usted en la calle de la Habana». Doña Lupe fue a la cocina y le armó una gran chillería a Papitos porque había dejado quemar el principio. Pero la chica estaba muy acostumbrada a todo, y se quedaba tan fresca.
Otro incidente no ha dejado de impresionarme. En el pasaje de Jouffroi hemos encontrado á un vizcaino, que viene de la Habana, y que se ha hecho rico con la trata de negros. Lleva una gran cadena de oro, sortija de brillantes, alfiler de lo mismo; casi al propio tiempo, pasa por nuestro lado un hombre modesto y humilde. Era M. Littré, el hombre más sábio quizá de todo el Instituto de Francia.
Así es que cuando quería obsequiar a sus amigos, no se andaba por las ramas, y una vez en la Habana gastó diez mil duros en cierto convite que dio a bordo de su buque. También oí que era hombre muy sabio en la náutica. ¿En la náutica?
Era mi proyecto tomar en Barranquilla un vapor español del marqués de Campo, pasar a la Habana y de allí a Nueva York. Pero lo avanzado de la estación, que me auguraba días terribles en Cuba y el deseo de visitar el istmo de Panamá, me hicieron desistir.
Palabra del Dia
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