Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 26 de octubre de 2025


Eudoxia misma, cuyas ideas son bien opuestas, no me ha parecido que hiciera tampoco suficiente caso de mis razonamientos para respetarlos seriamente; se ha contentado con algunos lugares comunes, a los que las gracias de su elocución y la firmeza de su ironía han prestado más agrado que solidez.

Eudoxia nos ha devuelto esta mañana la visita que últimamente le hicimos. Venía acompañada de un caballero de los alrededores, llamado Ferreol de Montbreuse. Yo no te había hablado aún de Ferreol de Montbreuse, a pesar de que todo el mundo habla de él aquí.

Tan pronto como me advirtió, me lo devolvió con una sonrisa triste y echó a andar a mi lado sin decir nada. «Y bien le dije yo , ¿qué piensa usted de ese loco, de ese insensato cuyo solo nombre subleva a la señorita Eudoxia? ¿Le parece a usted tan odiosoAdela no me contestó nada, pero algunas lágrimas rodaron por sus mejillas y su mano tembló en la mía. «¡Oh mi buena Adela! exclamé yo , dichoso el corazón que sea el preferido del tuyo, ¡mil veces dichoso el hombre a quien ames!» Y llevé con pasión aquella mano que retenía a mis labios. «¡Qué hace usted, Gastón, señor Gastón! ¡qué hace usted, en nombre del Cielo!

Obstáculos que parecían invencibles y de los que la misma imaginación se espanta, la distancia de nuestra posición, el tener que rehusar la mano de Eudoxia, las censuras de la gente, el orgullo de mi madre, su maldición tal vez; ¡qué porvenir más siniestro y más amenazador!

Los Valency son menos ricos que yo; Eudoxia es menos rica que yo; pero es noble como mi madre y piensa como ella. El resto ya puedes adivinarlo. Todo esto me ha producido una sorpresa tan viva y tan dolorosa, que he tardado mucho tiempo en buscar una idea, y más aún en encontrar una expresión.

Y aunque fuera así, aun suponiendo todos estos horrores, no me explico la ponderación de San Juan Crisóstomo sino porque vivía en la capital corrompida, y semi gentílica aún, del Bajo Imperio; en aquella corte, cuyos vicios tan crudamente censuró, y donde la propia emperatriz Eudoxia daba ejemplo de corrupción y de escándalo.

La turbación de su actitud, del embarazo en que la veía, una palabra pronunciada al azar, me han dado lugar a creer que era aquél el momento de enterarla de lo que necesariamente había de saber más pronto o más tarde. Le he hablado de Eudoxia y le he dicho con firmeza que nunca sería mi esposa.

Palabra del Dia

pacificadoras

Otros Mirando