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Actualizado: 5 de mayo de 2025
7 Y os metí en tierra del Carmelo, para que comieseis su fruto y su bien; mas entrasteis, y contaminasteis mi tierra, e hicisteis abominable mi heredad. 8 Los sacerdotes no dijeron: ¿Dónde [está] el SE
Veamos ahora la carta que el padre Aliaga había escrito á la abadesa, y que ésta leía á la sazón: «Mi buena y querida hija en Dios, sor Misericordia, abadesa del convento de las Descalzas Reales de la villa de Madrid: He sabido con disgusto que, olvidándoos de que habéis muerto para el mundo el día que entrásteis en el claustro, seguís en el mundo con vuestro pensamiento y vuestras obras.
Un paje de la reina se presentó poco después. Tío Manolillo dijo , os aconsejo que os escondáis por algún tiempo. Pues ¿qué pasa, hijo? contestó dominándose el bufón. Que habéis dado un susto á su majestad, y no ha acabado de almorzar; se ha dejado casi todo lo que tenía en el plato cuando entrásteis vos. ¿Pechugas de perdiz?... Eso es... ¡una perdiz que olía tan bien!... me la he comido, tío.
En efecto, apenas entrásteis en el coche, dije á aquel criado de la condesa, amigo mío, si sabía á dónde os llevaban y aun tuve que darle algún dinero para que cantase; entonces me dijo: yo no sé á dónde irá la condesa con ese caballero; nadie sabe una palabra; pero he oído allá en la casa que se había mandado arreglar la cámara de la señora en la quinta que tiene el señor junto al río.
Por rico que sea un hombre no puede librarse de que se la pegue su mujer... y á mí me han engañado dos. Soy muy desgraciado. Acaso seáis, más que desgraciado, mal pensador. ¡Tan buena la una como la otra! Ya llegaremos á eso, ya llegaremos. Estamos en que entrásteis de galopín en la cocina de la infanta doña Juana. Sí; sí, señor; y como el salario era corto, hurté. ¡Hurtásteis!
¡Calma, barón! exclamó Su Alteza. No busquéis querella al señor Roberto Briquet, que tanta culpa tiene él como todos nosotros. La verdad es que cuando entrasteis acabábamos de oir, y yo con enojo, noticias de las fechorías cometidas por esa misma Guardia Blanca, tales y tántas que juré ahorcar al capitán de esa compañía. Lejos estaba yo de hallarlo entre los más valientes y escogidos de mis jefes.
Palabra del Dia
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