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Actualizado: 3 de mayo de 2025
Ella dice que cuando yo quiera, y yo digo que la semana que entra, y cuando entra la semana que entra, entran ¡ay! también mis escrúpulos como un tropel de acreedores, y así estamos y así vivimos. Parte de los escrúpulos de hombre tan bueno provenían de sentirse achacoso.
Entra en puntillas y se para al pie de mi cama. Es todavía más linda que mamá. Tiene una estrella en la frente y el pelo suelto. Arrastra, como la cola de los vestidos de baile de mamá, un manto de tul bordado de oro, perlas y brillantes. En la mano lleva siempre levantada su varita mágica...
»De allí D. Álvaro de Sande y D. Sancho de Leyva fueron llevados tras Constantinopla, á la torre del Mar Negro, en donde el que entra jamás sale; mas ellos salieron por gran milagro: D. Sancho, trocado por otro turco principal que había cautivo acá, y D. Álvaro, averiguando ser criado del Emperador D. Fernando, casado con dama suya, con el cual Emperador el gran Turco tenía treguas por ciertos años.»
Entra Rui Diaz en el Carcarañ
La madre es, desde luego, la persona a quien María Elvira tutea y besa más íntimamente. Su hermana la ha visto desvestirse. Luis María, por su parte, se permite pasarle la mano por la barbilla cuando entra y ella está sentada de espaldas. Tres personas bien felices, como se ve, e incapaces de apreciar la dicha en que se ven envueltos.
NECESIDAD ENTRA
Mi imaginación no entra para nada en este deseo. Yo soy bastante rico para elegir, y ésa es la elección que hago. Añade a esta perspectiva una esposa como Adela, un amigo como Eduardo, o, mejor dicho, mi Adela y mi Eduardo, ellos mismos, porque no hay otros para mi corazón, y tendrás una idea de mi retiro encantado, del Edén que espero.
Digo bajo la condicion; porque conocemos las propiedades, las relaciones, de muchas cosas que no existen, pero en todo lo que de ellas concebimos, entra siempre la condicion: si existiesen.
Sea como sea, no nos detengamos en reflexiones y acabemos á escape. El nieto de Apeles, que es un furibundo pagano, entra en una conjuración para restablecer en Palmira la idolatría. Apeles sabe á tiempo su propósito, y como no puede disuadirle de que vaya á la ciudad, le acompaña.
Y perseveraron despues firmes en nuestro servicio, todo el tiempo que estuve yo en aquella provincia. Duró esta guerra medio año, desde 1546. Vuélvese el general á la Asumpcion, y entra la tierra adentro buscando oro y plata.
Palabra del Dia
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