United States or El Salvador ? Vote for the TOP Country of the Week !


De esta suerte se enriqueció la fantasía de los españoles con las imágenes que les suministraron dos grandes ciclos poéticos, que habían recorrido la Europa entera cristiana, á saber: el de la Tabla-Redonda, del rey Artur, y el de Carlomagno y sus doce paladines, como las de los hijos de Haimón, las de Tristán y Lanzarote, las de Ogier de Dinamarca, Fierabrás, Merlín, Iwain, etc., conocidas y estimadas por todas las clases de la sociedad.

Según las alternativas de los climas y sus ciclos inmensos, los ejércitos de plantas adelantan ó retroceden por la superficie del globo, dejando detrás grupos de rezagados que nos revelan cuál fué en otro tiempo la marcha del cuerpo principal. Los mismos fenómenos ocurren en las tribus de los hombres que en la de los animales y plantas.

Cuando los ciclos legendarios de la Grecia habían sido ya desenvueltos de un modo maravilloso por el genio de Esquilo en trilogías dramáticas que parecían insuperables, Sófocles logró, sin embargo, aventajarle. No hubiera conseguido esto, si guiado por el amor propio tratase de superarle buscando mayores y más vivos efectos, esforzando las galas del lenguaje.

Las estatuas aplastadas sobre los muros se multiplican, aparecen en filas, en series, en ciclos sin fin, y son todas rígidas, tiesas retratando en sus semblantes el fastidio del Limbo ó la placidez del Paraíso. Alternan con ellas los seres simbólicos creados por la estatuaria cristiana, y que parecen engendro sacrílego del paganismo y la teología.

Empero, dixo Zadig.... Miéntras él decia EMPERO, ya dirigia el ángel su raudo vuelo á la décima esfera. Zadig veneró arrodillado la Providencia, y se sometió. De lo alto de los ciclos le gritó el ángel: Encaminate á Babilonia. Las adivinanzas. Fuera de Zadig, como uno que ha visto caer junto á un rayo, caminaba desatentado.

Los grandes poetas gozan el privilegio de fundar ciclos donde van a reunirse los que cierta misteriosa simpatía y una evidente semejanza en la manera de sentir y pensar arrastra hacia ellos. Sin remontarnos a tiempos antiguos, y fijándonos solamente en la época moderna, saltan a la vista ejemplos. Ahí está Goethe con su brillante falange de poetas alegres, serenos, razonadores y sensibles.

¡Salve, santo de la juventud, de la inocencia, de los tiernos amores, de las esperanzas risueñas! ¡Salve, adorno preciosísimo de los ciclos celestiales, joven sublime, gran soldado de Cristo, apóstol de la humanidad, amor del pobre, huésped cariñoso de las moradas modestas! ¡Salve, encarnación de la fe sencilla, de las creencias puras á que debieron paz y consuelo las edades todas!