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Actualizado: 29 de mayo de 2025
En esta atencion, y cumpliendo con la superior órden de V.S. contenida en el enunciado decreto, espondrá lo que le ocurra á cerca de las expediciones proyectadas en estos mismos autos.
La lista de los alumbrados sevillanos sería interminable, y en gran número salían en los autos de fe, y aunque de todos en completo se ignoran los nombres y las circunstancias de sus procesos, de muchísimos existen noticias anteriores bien detalladas.
Lope mismo, en la Egloga a Claudio y en La Moza de cántaro dice haber escrito mil y quinientas comedias. Montalván hace subir este número a mil ochocientas y cuatrocientos autos. No pueden, ni mucho menos, admitirse cifras tan altas.
Las causas, según su propio discurso, eran las mismas de entonces, en lo fundamental del fenómeno; pero, según mi desapasionado entender y con los autos a la vista, puede haber un error muy considerable en aquel diagnóstico, por lo que toca a las fuentes mediatas de la enfermedad.
La pluma de Lope, jamás ociosa, no podía estarlo en Sevilla, y así fué; aquí escribió varias comedias, entre las que se cuentan La corona merecida, y algunos autos, como El hijo pródigo y El viaje del alma, representándose durante aquellos años por las compañías de Vergara y Villalva, algunas obras de Lope, que aunque ya conocidas en otras partes no lo eran aún del público sevillano.
El viaje citado de 1655 nos da, acerca de la festividad del Corpus y de la representación de los autos sacramentales en Madrid, los detalles siguientes: «El 27 de Mayo asistimos á la fiesta del Corpus, la más ostentosa y la más larga de cuantas se solemnizan en España. Comenzó por una procesión, á la que precedían muchedumbre de músicos y vizcaínos con tamboriles y castañuelas.
Léanse las innumerables relaciones de autos de fe que existen impresas i manuscritas desde el siglo XV hasta principios del presente, i por ellas se vendrá en conocimiento de los muchos judíos que existian en España.
Comenzó a sentir vergüenza de quemar hombres, con todo su aparato de sermones, vestiduras ridículas, abjuraciones, etc. Ya no se atrevió a dar autos de fe. Cuando le era necesario revelar que aún existía, contentábase con unos azotes dados a puerta cerrada.
En la misma procesión se observaba también una figura de mujer, fantásticamente adornada, con la cual se significaba la prostituta Babilonia. Los autos, como dijimos antes, se representaban en tablados al aire libre.
Luego, levantando la cabeza y abarcando con la mirada todo el ámbito del Zocodover, preguntó bruscamente: ¿Puede decirme vuesa merced si es ésta la plaza donde celebra sus autos el Santo Oficio? Aquí mesmo. ¿Y son tan lucidos como se dice?
Palabra del Dia
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