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En todos, desde los más altos hasta los más humildes, desde el General en Jefe del Ejército hasta el último marinero de la escuadra, ha tenido la República fieles y valiosos auxiliares, y todos, en su esfera respectiva, se han distinguido por igual. Y es que en todos alentaba el mismo espíritu patriótico de los días de gloria... es que en el pecho de todos latía el corazón mambí....

Entre col y col, Ruiz pasaba un rato con sus amigos los espiritistas, y les alentaba a organizarse, a establecerse, a alquilar un local, y sobre todo a fundar un órgano en la prensa. Nada adelantarían sin órgano.

Cinco minutos después ambos esposos estaban en el comedor riendo y bromeando con los tres o cuatro convidados que tenían. #Cómo alentaba a la virtud el señor duque de Requena.# A ver, a ver, explica eso. Señor duque, el negocio es clarísimo. Hoy he hablado con Regnault.

Su mujer fue la de siempre y lo que yo esperaba que fuera en aquella ocasión; pero ni me alentaba lo uno, ni me intimidaba lo otro. En la enormidad de mi cuita, no debía reparar yo en pequeñeces de más o de menos. La mujer respondió al punto, seca y muy acentuadamente, que ; el marido, cuando me volví hacia él, humilló un poco la cabeza, pero no dijo que no.

Armados, pues, de cuantos instrumentos ruidosos pudieron haber, con grandes trasparentes, donde aparecían pintadas las mismas grotescas figuras de la carroza con bestiales leyendas debajo, y teas en las manos, se congregaron más de trescientos muchachos en Altavilla, y alrededor de ellos media población que los alentaba con sus carcajadas. El estruendo era horrísono.

Por dicha, no obstante, D. Valentín tenía la inveterada costumbre de no hacer la menor cosa sin mirar antes á su mujer para notar la cara que ponía y si le retraía de consumar ó le alentaba á que consumase su conato de acción.

La Revolución había derribado, había robado; pero la Restauración, que no podía restituir, alentaba el espíritu que reedificaba y ya las Hermanitas de los Pobres tenían coronado el edificio de su propiedad, tacita de plata, que brillaba cerca del Espolón, al Oeste, no lejos de los palacios y chalets de la Colonia, o sea el barrio nuevo de americanos y comerciantes del reino.