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Falsos loores os dan, Que essas centellas tan raras No son nel cielo mas claras Que en los ojos donde estan. Porque cuando miro en ellas Lo como alumbran al suelo, No sé que seran nel cielo; Mas sé que acá son estrellas.
Porque aqui canto Ribero, Aqui nuestro amo escuchava, Rodeavan lo pastores, Colgados de la su boca Cantando el los sus amores. Gente de firmeza poca Que le dió tantos loores, I aora ge los apoca! Anton Eso falta, Juan pastor! Soncas, porque sospirar? I a que se pueden alzar Ia los ojos sin dolor? Ni a que se pueden bajar Donde los pornás enjutos? Adelante, o cara atras?
Ay! quien dará á mis ojos una fuente De lágrimas que manen noche y dia? Respirara si quiera la alma mia, Llorando lo pasado, y lo presente. Quien me diera apartado de la gente, De mi dolor siguiendo la porfia Con la triste memoria y fantasia Del bien por quien mal tanto así se siente! Quien me dará palabras con que iguale El duro agravio que el amor me ha hecho, Donde tan poco el sufrimiento vale?
E a mi, que por vós morro, e por vós vivo, Fazei pagar a Amor o seu tributo, Contente de por vós lho haver pagado. Pues siempre sin cesar, mais ojos tristes, En lágrimas tratais la noche el dia, Mirad si es lágrima esta que os envia Aquel sol por quien vos tantas vertistes.
Jurando não querer Outra ventura, Votando só por vós Rara firmeza, Ou ser no vosso amor Achado em falta. Á la margen del Tajo, en claro dia, Con rayado marfil peinando estaba Natercia sus cabellos, y quitaba Con sus ojos la luz al sol que ardia.
De manera que lo que estos y otros pretenden viendose ofendidos y alcanzados con la luz del Poeta, que de nuevo les dió en los ojos, por haverla el Comentador sacado de la linterna en que estaba escondida, no es vedar este libro por quitar de los ojos Catolicos la representacion de las deidades, y lo osado de algunos discursos; sino por quitar de sus mismos ojos el resplandor que se los hostija y de los de los Letores aquellas cláusulas que descubren su flaquesa de vista.
Estando em Badajoz na estalagem, entrou uma menina de pouca edade, e pondo os olhos em ambos, lhes disse: Uno de vos outros és traidor. E apontando em particular para o Cunha, disse: Tu tienes ojos de traidor!... Reparou logo o Leite, nas palavras, e com o annuncio d'ella renovou ao companheiro a presumpção que d'elle trazia, e continuou com a supplica de que lhe fosse fiel.
Pero si entraren en los Signos de oro Lágrimas y gemidos amorosos, Que muevan el supremo y santo coro; La lumbre de tus ojos tan hermosos Yo la veré muy presto: y podré verte; Que á pesar de los hados enojosos Tambiem para los tristes hubo muerte. ALMENO e AGRARIO.
Pues me distes tal herida, Con gana de darme muerte, El morir me es dulce suerte, Pues con morir me dais vida. Ojos, qué os deteneis? Acabad ya de matarme; Mas muerto volved á mirarme, Porque me resusciteis. La llaga cierto ya es mia, Aunque, ojos, vós no querrais; Mas si la muerte me dais, El morir me es alegría.
Y si estimas en poco el ver cual ando, Aqui me tienes ante ti rendido: Viva tu gusto, mi esperanza muera. Dulces engaños de mis ojos tristes, Cuan vivo despertais mi pensamiento! Aquello que pudiera dar contento, En sombra de pintura lo volvistes. De blando sobresalto enternecistes Con vista arrebatada el sentimiento; Mas no le asegurastes un momento Aqueste vano bien que le ofrecistes.
Palavra Do Dia
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