United States or New Zealand ? Vote for the TOP Country of the Week !


Ordenó que se diesen, y dijo que viniesen los tudescos presto porque le hallasen allí, y que él pensaba hacerse á la mar aquella noche; y si descubría á la mañana á la armada hacer su camino de Sicilia, y si no que volvería por los tudescos y la otra gente á recogerlos, si no hubiesen llegado antes que partiese, y que dejaría allí la galera Condesa, que era la mejor que él tenía, para que esperase todo lo posible para recogerme si quisiese irme; y con esto volví al fuerte y orden que se embarcase toda la gente que se pudiese en los esquifes, especialmente los alemanes, y fuímonos á la marina á embarcar D. Alvaro y Guimarán y D. Pedro Velázquez y yo, donde por ser bajamar y no poder llegar á la orilla una fragata en que habíamos de ir todos á las galeras, pasamos á ella D. Alvaro y yo en un barco muy chico con orden que volviese por el Conservador y por Guimarán, á los cuales, ó por no haberlos hallado allí, ó no haber vuelto á ella el barco, no vinieron á nosotros, y paresciéndonos gran vergüenza irnos sin ellos, los esperamos hartas horas; y en comenzando á crescer el agua, ya cerca del día, nos allegamos á tierra, y preguntando por ellos nos dijeron que había gran rato que eran idos, con lo cual nos fuimos, entendiendo que habían pasado de largo por no habernos hallado en la posta que estábamos, y así nos amanesció en el camino y reconoscimos que toda el armada era levada, y la víamos que iba lejos, y mucho más adelante otras velas que juzgamos ser nuestras naves, y parte eran algunas dellas y la mayor el armada del turco.

Digo, pues, que, en oyendo nuestra respuesta el mancebo, volvió las riendas y encaminó hacia el lugar donde le señalamos, dejándonos a todos contentos de su buen talle, y admirados de su demanda y de la priesa con que le víamos caminar y volverse hacia la sierra; y desde entonces nunca más le vimos, hasta que desde allí a algunos días salió al camino a uno de nuestros pastores, y, sin decille nada, se llegó a él y le dio muchas puñadas y coces, y luego se fue a la borrica del hato y le quitó cuanto pan y queso en ella traía; y, con estraña ligereza, hecho esto, se volvió a emboscar en la sierra.

Algunos que se huyeron del armada de los enemigos dijeron á D. Alvaro les habían dicho unos renegados, que se espantaban de nosotros, cómo no salíamos á ellos á medio día, que eran idos todos por aquellos jardines á sestear. Lo mismo decían los cristianos esclavos que salían á trabajar á las trincheas, y nosotros los víamos ir cada día desde el castillo.