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Actualizado: 25 de mayo de 2025
Se representó el ángel tutelar de su infancia, a la madre de su corazón muriendo sola, sin recibir el beso postrero de su hijo, tal vez llamándole con ansia en los momentos supremos de la agonía.
La creencia de una bondad tutelar y la confianza de la humanidad que nacen con toda paz y toda alegría pura, habían producido en él la idea vaga de que algún error, alguna equivocación había arrojado una sombra tenebrosa sobre los días de sus mejores años.
En cambio yo aún puedo consagrarte una palabra, maldiciendo al ruin escéptico que te niega, y al filósofo corrompido que te confunde con los intereses de un día. A este sentimiento consagré mi edad viril y a él consagro esta faena de mis últimos años, poniéndole por genio tutelar o ángel custodio de mi existencia escrita, ya que lo fue de mi existencia real.
Desprendido del seno de una revolución mal aconsejada como la de 1.º de Diciembre, él es el único que sabe justificarla con la victoria; arrebatado de la cabeza de su ejército por el poder sublime del gaucho, anda de prisión en prisión diez años, y Rosas mismo no se atreve a matarlo, como si un ángel tutelar velara sobre la conservación de sus días.
Sólo espero que tú, ya que eres el dios tutelar de nuestra casa, me apruebes y bendigas. Pareciole entonces ver al joven duque que su abuelo don Fernando, soltando la preciosa empuñadura de su espada, le tendía, en la tela del Tiziano, ambas manos, como para bendecirle y protegerle... Esto es ilusión de mis ojos se dijo.
Había tomado su tarea con gran ahínco; se había propuesto instruirme, velar por mi como un ángel tutelar a pesar de mi mala cabeza, mi lógica y mis arranques. Además, esta tarea pronto llegó a ser la cosa más agradable de su vida, la mejor si no la única distracción de su monótona existencia.
Tomás y de S. Fernando, cuajados de cogollos y follages dorados, podrian en pequeña escala pasar por verdaderos primores si fueran obra de monjas. Guarda celosa Córdoba en esta capilla una santa imágen que es su númen tutelar, como lo era para la antigua Troya la famosa estátua de Palas.
Don Farruquiño se encarama en el retablo y despoja de su espada de plata al tutelar de la capilla. Los ojos del tiñoso Satanás ríen encarnizados bajo las plantas del Arcángel. DON FARRUQUI
Palabra del Dia
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