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Actualizado: 4 de julio de 2025


Esas dos creaciones O esculturas que admiran las naciones, A Blumentritt le fueron regaladas Por el mismo Rizal, cuando, talladas, Buscó el depositario Que comprenda y explique Al pueblo filipino Aquel plan legendario Que opondrá eterno dique A la ruda invasión de un adversario En el duro camino Para alcanzar la justa independencia... ¡Expresión soberana de arte y ciencia!

El Hospital general de Teruel débele toda su perfección en la obra de la Iglesia, ensanche de las habitaciones, arreglo y aumento de sus rentas, en que gastó 14,475 rs: todas las comunidades religiosas fueron participantes de sus limosnas en que empleó mas de cien mil pesos: familias enteras le debieron su subsistencia, entre ellas algunas de las mas distinguidas, cuyos gastos con las cantidades repartidas en las limosnas diarias esceden de treinta y cuatro mil pesos: en las Monjas de Santa Teresa costeó la obra de la enfermería y cerca; en las de Rubielos la obra de escalera; en la Catedral de Teruel hizo la Custodia de plata, fabricada en Córdoba, en la que gastó veintidos mil pesos; ropas de la sacristía y varias alhajas de plata para el altar mayor fueron regaladas por el mismo: la capilla de la Concepción detrás del claustro del altar mayor le costó cuatro mil pesos; la dotación de su fiesta y octava mas de cinco mil pesos: en el Capítulo general dotó igual solemnidad por otra segunda octava: en varios templos de la ciudad y Obispado cuidó de erigir capillas en honor de la Purísima Concepción, como en la de San Pedro que consagró: en la de S. Miguel procuró colocar dicha imagen en el altar mayor cuyo retablo levantó a sus espensas grabando allí sus armas, y contribuyendo a la fábrica con copiosas limosnas hasta que vio concluida obra tan magnífica: en resumen, en gastos de Iglesia empleó 7,666 pesos.

Pero V. pensaba entonces de otra manera, y me persiguió con constancia, me pretendió con terquedad, y no hubo medio de seducción, ni mentira, ni engaño, ni blandura de regaladas palabras, ni encarecimiento de amante que muere de amor, ni promesa de darme toda el alma, que V. no emplease para vencer mi honrado desvío.

Mis pasos eran cada vez más cortos y más tardos, recorriendo, mareando, el confuso laberinto de las calles, animadas con vivas ráfagas de luz, regaladas de músicas y vibrantes de gritos y carcajadas femeninas. Llegaban las once, y entonces mis pies se movían presurosos por la revuelta calle de Argote de Molina, hasta alcanzar la casa de Gloria.

Palabra del Dia

gallardísimo

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