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Actualizado: 22 de junio de 2025


Y en último término, todas las circunstancias preliminares de un enlace quedan olvidadas ante el aleteo de las nuevas vidas y el pío pío que resuena en nuestro corazón. Comencemos por desvanecer el error en que el título de esta croniquilla pudiera inducir al lector.

No fué pequeña empresa la de elegir cinco caballeros por banda, cuando tantos y tan valientes y ganosos de gloria los había congregados allí; y en poco estuvo que la elección ocasionase una serie de duelos preliminares que sólo pudieron evitarse con la intervención del príncipe y de los nobles de más edad y merecimientos.

No obstante, Ramoncito, como todos los neófitos, mucho más si poseen un temperamento exaltado y entusiasta, exageraba la doctrina del maestro. Sean ejemplo de esta exageración los cuellos de camisa. Porque Pepe Castro los gastase altos y apretados ¿había razón para que Ramoncito anduviese por esas calles de Dios con la lengua fuera, padeciendo todo el día los preliminares de la pena del garrote?

Está usted pálido, visiblemente preocupado, bajo el peso de un gran disgusto, sin duda; lo he notado al entrar, a la luz del farol de la escalera.... Y usted también... está. La voz de Quintanar temblaba. Pues eso quiero saber; si usted conoce la causa de mi visita, en parte a lo menos, podré ahorrarme el disgusto de abordar los preliminares enojosísimos de una cuestión....

Terminadas las cláusulas preliminares, el Cardenal hizo una pausa y dirigió la mirada vagamente a través de la ventana de su estudio. La Plaza del Duque era un hervidero de gente, y el Prelado seguía con la vista el ir y venir de carruajes y peatones. Transcurrió algún espacio de tiempo; el notario se pasó el pañuelo por la frente varias veces, y por fin observó tímidamente: ¿, Eminencia?

Observaciones preliminares de don Marcelino Menéndez y Pelayo en la edición de las Obras de Lope de Vega publicada por la Real Academia Española, t. XI, páginas XXX-XLI. En mis tiernos años.

Disfrutaba el párroco de Naya de una rectoral espaciosa, alborozada a la sazón con los preparativos de la fiesta y asistía impávido a los preliminares del saco y ruina de su despensa, bodega, leñera y huerto.

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