Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 7 de mayo de 2025
Todos estos nobles sentimientos de V. se han empleado, durante una larga y santa vida, en lugareñas, jornaleras unas, é hidalgas ó ricachas otras, pero toscas las más, en comparación con Clara, criada en grandes ciudades, con otro barniz, con otra más elevada cultura, con mayor delicadeza y refinamiento.
Además de los multiformes tenduchos que rodean la plazuela, y que le añaden animación y fuerza dramática, veíase á aquella hora una infinidad de puestos amovibles ó matutinos; es decir, una multitud de lugareñas sentadas en el suelo, con su cesta de huevos al lado, y rodeadas de pollos, pavos y gallinas.
En cambio producen miel de caña o de prima, de la cual miel llenan los arrieros los odres en que llevaron el aceite, y la traen a la provincia de Córdoba. Esta miel hace las delicias de las golosas lugareñas cordobesas, que la sacan del plato a pulso empapando en ella pedacitos de pan, y luciendo así las lindas manos con los deditos engarabitados en forma de cresta de gallo.
Aquella escasa vigilancia a que la Marquesa se creía obligada cuando sus hijas vivían con ella, había desaparecido. Era el único consuelo de tanta soledad. En tiempo de ferias, doña Rufina hacía venir alguna sobrina de las muchas que tenía por los pueblos de la provincia. Aquellas lugareñas linajudas esperaban con ansia la época de las ferias, cuando les tocaba el turno de ir a Vetusta.
Las lugareñas de más tono usan mantilla sin velo ni blondas, esto es, una gran tira de franela negra, con anchas franjas de terciopelo. Las muy pobres, hacia Levante, llevan el mantón doblado en triángulo, pendiente de la cabeza, lo que les ahorra otro pañuelo y les da un aire míseramente africano.
Y cuando cansada de este Carnaval brillante le he dicho ¡adiós! para venir a esta soledad como a un convento, ¡había de entregarme a un señorito de pueblo, capaz únicamente de entusiasmar a las lugareñas!... ¡Ja! ¡Ja! ¡Ja!... Y reía con una risa cruel, con carcajadas incisivas y sardónicas que parecían penetrar en las carnes de Rafael, estremeciéndole con su frialdad.
Palabra del Dia
Otros Mirando