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Lo vi por primera vez maniobrando sobre un paciente que seguramente quedaría sin hueso sano. En los distintos sistemas curativos que los mediquillos filipinos emplean, figura el de la soba, ostentando los que la practican el poco tranquilizador título de sobanderos.

La segunda quincena de Febrero se fijó como tiempo máximo para la entrega de las armas. 2.a El dinero sería todo entregado á mi persona, entendiéndome con entera libertad con mis compañeros y demás revolucionarios. 3.a Antes de evacuarse Biak-na-bató por los revolucionarios filipinos, el Capitán General Sr.

Todos estos, todos nosotros, filipinos, estamos incluidos entre los individuos contagiados con la lepra de la superstición, fomentada por la absurda milagrería de las novenas, y no se puede decir que sea un mal de una raza de Filipinas, sino de los habitantes de Filipinas en general.

La destrucción de las calaveras y el haber entre los ahorcados dos macambas de los más influyentes, fueron causa de que se apoderara de los isleños un grandísimo terror, alejádose del terreno de las hostilidades, buscando amparo en los extremos de las islas y en lo más oculto de los bosques, convencidos de que toda resistencia era imposible en vista de la actitud de los españoles y filipinos, los cuales habían perfeccionado las obras del establecimiento, proveyendo de dos pequeños cañones el torreón que dominaba las trincheras y estacadas, doblemente resguardadas con sinnúmero de púas de cañas y palma brava.

Pa, proviene sin duda de la misma letra del alfabeto usado por Açoka. La pequeña raya horizontal se añadió probablemente á la rama derecha para distinguir esta letra de la ha: la diferencia que se nota en las consonantes pa de los alfabetos Filipinos consiste tan solo en la mayor ó menor abertura que se á esta letra.

La propiedad que tienen estos animales de acudir al resplandor del fuego la aprovechan los filipinos para pescarlos sin gran trabajo: encienden hogueras en las vintas y en la playa, y cuando acuden los clavan con el arpón. Otras veces emplean una red con bolsas donde caen los peces al saltar.

Verdad es que había oido hablar de pintores estrangeros como Rafael, Murillo, Velazquez, pero no sabía cómo dirigirse á ellos, y luego puede que salgan algo sediciosos... Con cromos no se arriesgaba nada, los filipinos no los hacían, le salían más baratos, el efecto parecía el mismo, si no mejor, ¡los colores más brillantes y muy fina la ejecucion! ¡Vaya si don Timoteo sabía como arreglarse en Filipinas!

No hemos de terminar, sin reconocer la habilidad con que formulan sus argumentos tanto el Profesor Schurman como el Presidente McKinley, aunque á decir verdad un examen detenido descubre los sofismas que guardan en su fondo. Los filipinos acostumbran

Retana aduce dos: la censura de imprenta y el desconocimiento del castellano literario por la mayor parte de los filipinos netos.