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Actualizado: 11 de mayo de 2025
A él, que se ocultaba y mentía, le contaron cuanto había que contar de la vida de ellos y de sus lances de fortuna, y de los sucesos de la pequeña cortijada, no muy lejos de allí, de que eran naturales.
-Así es -replicó Sansón-, pero uno es escribir como poeta y otro como historiador: el poeta puede contar, o cantar las cosas, no como fueron, sino como debían ser; y el historiador las ha de escribir, no como debían ser, sino como fueron, sin añadir ni quitar a la verdad cosa alguna.
Es decir... ¡Octavio! añadió abriendo los brazos con lágrimas en los ojos: a usted le puedo contar, usted ha sido casi mi hijo... ¡Estamos poco menos que en la miseria! ¿Por qué no quiere que vaya con Lidia? Voy a tener con usted una confesión de madre concluyó con una pastosa sonrisa y bajando la voz: usted conoce bien el corazón de Lidia, ¿no es cierto?
En cambio, no sólo puedes apaciguar tu sed en mi corriente, sino contar con mis servicios cuando el agua del cielo haya restablecido mis fuerzas.» El pollito le respondió: «Puedo, pero no quiero. ¿Acaso tengo yo cara de criado de arroyos pobres y sucios?» «¡Ya te acordarás de mí cuando menos lo pienses!», murmuró con voz debilitada el arroyo.
Las puertas interiores eran veintiuna, sin contar las de las dependencias del templo y la del pasadizo secreto del Califa: diez y nueve en la estensa y magestuosa fachada del patio, y las dos arriba mencionadas que dentro del buque de la mezquita conducian al recinto ó departamento reservado á las mugeres.
La República, que quiere contar solo con los recursos de la paz, ha vendido todos los cañones, como un elemento inútil para la civilizacion; y Cartagena no es hoy sino una plaza mercantil arruinada, que espera de la industria libre su resurreccion.
Y pudiérate contar agora, si el dolor me diera lugar, de algunos que, sólo por el valor de su brazo, han subido a los altos grados que he contado; y estos mesmos se vieron antes y después en diversas calamidades y miserias.
El seis que en el primer supuesto era un número muy difícil de contar, será ahora tan fácil como antes lo era el tres; pues repitiendo dos, dos y dos, se tendrá seis. La atencion que antes se dividia en seis signos, se divide ahora en solo tres.
Las batallas y alborotos pertenecen á la epopeya, y sólo se han de contar en el teatro. »Admírase Fadrique del escaso número de espectadores, que hay, habiendo de representarse por primera vez una pieza, á lo cual contesta Alonso López, que cierto bailador de cuerda atrae á otra parte la gente.
Si no fuera más que eso... suspiró la abuela, sentándose en una cómoda butaca, mientras yo me instalaba modestamente en una silla. Magdalena me tiene consternada. Y se puso a contar con vehemencia sus penas.
Palabra del Dia
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