Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 24 de junio de 2025
¡Que me ama! gritó, espantada, dando un salto atrás, y apartándome de su lado con sus dos blancas y pequeñas manos. ¡No! ¡No! gimió. Usted no debe... no puede amarme. ¡Es imposible! ¿Por qué? le pregunté rápidamente. La he amado desde aquella primera noche que nos conocimos. Ciertamente que usted debe haber descubierto hace mucho tiempo el secreto de mi corazón. Sí tartamudeó, lo he conocido.
Ahora, pues, apartándome un poco de la historia, referiré el viaje, las desgracias y la muerte de dos Apostólicos operarios, Joseph de Arce y Bartolomé de Blende, que después de una molestísima peregrinación por el río Paraguay, arribaron, con no menos envidia de los otros que gloria suya, al puerto seguro de la eterna bienaventuranza.
De repente vi que la puerta se abría algunas líneas, como movida por el viento, o impulsada quizás por una mano para probar si cedía. Retrocedí, apartándome de la puerta cuanto pude y guareciéndome tras la mesa de hierro en la posición que dejo descrita. Acepto su oferta, señores grité, confiando en su palabra de caballeros. Si se toman el trabajo de abrir la puerta...
Sin embargo, tal como estaba, aún hubiera podido hacerme el más dichoso de los mortales si me hubiera dirigido una sola palabra cariñosa; pero permaneció indiferente y fría, como siempre había estado conmigo. Esta frialdad fue poco a poco apartándome de ella. La pérdida de su hermosura hizo lo restante. Nunca dirigí contra ella la menor queja. Hoy mismo no tengo nada que echarle en cara.
-No podré hacer eso -respondió Sancho-, porque, en apartándome de vuestra merced, luego es conmigo el miedo, que me asalta con mil géneros de sobresaltos y visiones. Y sírvale esto que digo de aviso, para que de aquí adelante no me aparte un dedo de su presencia.
Palabra del Dia
Otros Mirando