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El maestro de danzar. Los hijos de la fortuna. Afectos de odio y amor. La hija del aire. Ni amor se libra de amor. También hay duelo en las damas, impresas todas primero en 1664, en el tomo III de las Comedias de D. Pedro Calderón de la Barca. Fortunas de Andrómeda y Perseo. La más antigua impresión del año de 1664, en el tomo XXI de las Comedias nuevas escogidas. Amar después de la muerte.

Luces de la aurora, días del sol en fiestas de la que es sol de los días y aurora de la luz, por D. Francisco de la Torre. La reina Matilde, tragedia de Juan Domingo Bevilacqua: en Nápoles, 1597. Persecuciones de Lucinda, dama valenciana, y trágicos sucesos de D. Carlos, por el Dr. Christóbal Lozano: Valencia, 1664.

Publicó diversas comedias, y además un tomo de entremeses: Madrid, 1664. De Antonio Manuel del Campo hay, entre otros, un drama alegórico singular, titulado El vencimiento de Turno, en el cual Eneas personifica á Jesucristo, Turno al demonio y Lavinia al alma.

Parte 1.ª y 2.ª: Madrid, 1640. Los tomos III y IV aparecieron respectivamente en 1664 y 1672. La primera edición incompleta que se hizo de los autos, lo fué en Madrid en 1637.

Las 12 de la tercera parte se imprimieron en 1664; las 12 de la cuarta en 1672, y esta circunstancia ha de tenerse en cuenta, aun cuando no pueda deducirse de ella que todas éstas se hayan escrito en sus últimos años, pudiendo haber sucedido que algunas obras, escritas y representadas antes, hubiesen podido subsistir hasta entonces manuscritas.

No se acabó de una, sino que tambien esta fábrica sufrió interrupciones, y solo llegó á su término en 1664 bajo la direccion de Juan Francisco Hidalgo. No te describo, amigo lector, su pesadísima arquitectura: en la lámina que representa la puerta de las Palmas puedes á tu sabor contemplarla, bien seguro de que yo no te envidio este deleite.

El señor D. Felipe 2.º en 15 de Noviembre de 1597 mandó que de las rentas de la bailia general de Aragon se diesen cada año al rector 436 sueldos, y D. Felipe 4.º en 6 de abril de 1664, ordenó á los inquisidores del tribunal de Zaragoza, contribuyesen con 50 escudos de la renta del horno, y en abril del mismo año que de la hacienda de su real palacio le diesen todo lo que hubiese menester para el culto divino.