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Fáltanle solamente los caulículos que se adhieren á las volutas por la parte inferior; pero estan felizmente sustituidos con esbeltas espadañas que ciñéndose á la voluta terminan en el ábaco del capitel. La inscripcion esculpida en este, traducida por el Sr. Esto es de lo que mandó labrar por manos de Xenif su page.

Por dentro y por fuera teníamos que limpiar el barco casi continuamente. Por fuera lo fregábamos todas las semanas, y cuando recalábamos en alguna bahía conocida por el capitán, lo primero que hacíamos era raspar los fondos para quitarles algas, hierbas y escaramujos que, principalmente en los mares tropicales, se adhieren en tal cantidad que dejan los fondos como una selva.

El piscicultor debe además saberse servir de infinidad de instrumentos delicados; limpia los huevos con un pincel, separa los cuerpos extraños y malsanos por medio de unas pinzas; se sirve de ampolletas para trasvasar la simiente de uno á otro recipiente, construye lugares á propósito para los huevos que se adhieren á las hierbas y ramitas del fondo y muchas otras operaciones entretenidas é inteligentes.

El sonido gutural de la j española es muy comun, así como la ch de esta lengua, faltando únicamente la l en el alfabeto de este idioma, exento por otra parte de anomalías. Los adjetivos se adhieren á los dos géneros. El sistema de contar no tiene relacion con el número de los dedos; pero presenta una particularidad notable.

«La constancia es el recurso de los feos dice la célebre Ninón de Lenclos en sus lindas cartas al marqués de Sevigné; las personas de mérito, que saben que por donde quiera han de encontrar ojos que se prenden de ellas, no se curan de conservar la prenda conquistada; los feos, los necios, los que viven seguros de que difícilmente podrán encontrar quien llene el vacío de su corazón, se adhieren al amor que una vez por acaso encontraron, como las ostras a las peñas que en el mar las sostienen y alimentan.

Y las voces frescas y traviesas vuelan junto a las voces serias y graves, que las persiguen, que las amonestan, que reclaman de ellas cordura, mientras las notas de la guitarra, prestas, armoniosas, volubles, se mezclan agudas en los retozos de las unas, se adhieren profundas a los consejos de las otras.