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Actualizado: 13 de mayo de 2025
No intentaré, ni es mi propósito, rehacerla; cuento mi impresión y basta. Si en el Tequendama he sido más prolijo, es porque el gran salto, perdido en las entrañas de la América, es casi desconocido por las dificultades que hay para llegar hasta él. Cada segundo, cada momento de contemplación aumenta en mí el asombro, la fascinación irresistible. Como grandeza, no hay nada igual.
La muerte bajo esa faz. La hazaña de Bolívar. La altura del Salto. Una opinión de Humboldt. Discusión. El Salto al pie. El Dr. Cuervo. Regreso. Al fin llegó el día tan deseado del paseo clásico de Colombia, la visita al Salto de Tequendama, la maravilla natural más estupenda que es posible encontrar en la corteza de la tierra.
La primera dimensión que encuentro consignada, es la del buen obispo Piedrahita, que, después de narrar la leyenda del Bochica, que ya he transcripto, según Humboldt, agrega con aquel acento de sinceridad que hace inimitable a nuestro Barco de Centenera, el M. Prud'homme de la Conquista: «...El Salto de Tequendama, tan celebrado por una de las maravillas del mundo, que lo hace el río Funza cayendo de la canal que se forma entre dos peñascos de más de media legua de alto, hasta lo profundo de otras peñas que lo reciben con tan violento curso, que el ruido del golpe se oye a siete leguas de distancia» .
Otra vez, ¿dónde está mi Tequendama? El volumen de sus aguas es infinitamente inferior al del Niágara, pero se precipita de una altura ocho veces mayor. Su voz poderosa reina solitaria y altiva entre las gargantas de la montaña, sin confundirse con el rechinar de las máquinas a vapor o con el crujir de las ruedas de molino.
En su presencia se puede amar, conversar, reir y galantear; miéntras que delante del Tequendama no es permitido sino contemplar con asombro, admirar y meditar en lo infinito. Al saltar al puertecito de Giessbach, casi al pié mismo de la cascada, todos los pasajeros nos dispersamos por las diversas encrucijadas de la cuesta, ávidos de emociones que contentasen nuestra curiosidad.
Palabra del Dia
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