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Actualizado: 13 de mayo de 2025
Primera, del gran poder del Ser Supremo, que haciendo marchar el mundo de un modo dado, ha podido hacer que todos tengan deseos diferentes y encontrados, que no suceda más que una sola cosa a la vez, y que todos queden descontentos. Segunda, de su gran sabiduría en hacer corta la vida.
No sé dónde he leído yo que en cierta tierra de indios el congreso supremo de la tribu se reúne, para deliberar, en grandes cántaros de agua fresca, donde se sumergen desnudos sus individuos, dejando sólo fuera del cántaro la cabeza para deliberar.
Es, pues, evidente que el tal teatro libre será el menos libre de todos; será un alto magisterio, un tribunal supremo, un directorio iniciador y propagador del buen gusto en lo tocante á poesía dramática; en fin, será todo lo que se quiera menos un teatro libre. Los teatros libres son los que ahora hay.
El gobernador D. Domingo Ortiz de Rosas, que en 1744 se hallaba investido del mando supremo de estas provincias, confió esta tarea al P. Quiroga, que desde entonces fué consultado con preferencia en todas las empresas científicas.
El título de Almirante en aquel Imperio no era tan supremo como lo fué entre nosotros, por que estaba sujeto al Megaduque, y de él recibia las órdenes. Mando el Emperador, que un insigne Capitan de Romeos que se llamaba Marulli, hombre de sangre y estado, fuese siguiendo las banderas de Roger con su gente, y Gregorio con la mayor parte de los Alanos hiciese lo mismo.
Raúl no quería oír nada y le cerraba la boca con sus declaraciones inflamadas y sus calurosas protestas, fraseología sentimental en la que sobresalía y de la que se servía esta vez con una sinceridad más comunicativa que su habilidad ordinaria. La amaba, y el amor era la razón suprema y el supremo deber.
De este modo, por haber infundido nueva vida poética a la historia patria; por recoger en su obra cuanto viene a constituír la vida española del momento, en lo grande y lo pequeño, lo general y lo particular, álzase Lope en nuestra historia literaria como supremo poeta nacional.
A sí llegó para Lázaro el momento decisivo de la lucha, el instante supremo en que las vacilaciones y las dudas habían de resolverse, informando en uno u otro sentido una resolución que decidiera de su vida.
Mientras tanto, el pueblo podía ser feliz en su miseria con la esperanza del paraíso después de la muerte; dulce ilusión, supremo consuelo, que los revolucionarios sin conciencia le quieren arrebatar...»
Había llegado aquel momento supremo de las agitaciones populares en que las turbas se paran silenciosas, alterados los miles de corazones por un solo y profundo temor, trastornadas las mil cabezas con una sola duda. Falta que una voz sola diga lo que todos sienten.
Palabra del Dia
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