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Actualizado: 13 de mayo de 2025
Mi mujer puede haber cometido inocentemente alguna imprudencia... ¡y ese sargento mayor ó ese demonio, está allí detrás de mí, en el fondo de la sala! le oigo coscurrear entre sus mandíbulas de lobo las cortezas de pan, ¡si yo me atreviera!... si yo me presentara á él de improviso... ¡si le preguntara!...
El séquito de Samdai era tan vistoso y brillante que deslumbraba. Como le preguntara la Petra si no venía también Su Majestad la Reina, quedose un momento parado el narrador, recordando, y al fin dio cuenta de que vido también a la señora del Rey, pero con la cara muy tapada, como la luna entre nubes, y por esta razón Mordejai no pudo distinguirla bien.
Oíanse en la trastienda ahogados martillazos, alguna canción femenina y el repiqueteo de unas máquinas de coser. Apolonio, sin doblar la cabeza a mirar al vecino, rompía a hablar: Estoy abrumado, don Anselmo, estoy abrumado. ¿Qué me falta?, preguntará usted.
Nieves, sin volver la cara hacia su padre, alejó el retrato que tenía puesto ya en el marco; y después de contemplarle unos instantes con los ojos un poco fruncidos, plegó otra vez el brazo y respondió con la mayor indiferencia mientras dejaba el cuadro sobre el mueble más próximo: No está mal así. Lo propio que ya había dicho otra vez, como se recordará, y sin que nadie se lo preguntara.
-Si yo tuviera dineros -dijo el paje-, preguntara al señor mono qué me ha de suceder en la peregrinación que llevo.
Si esto ocurre alguna vez, me llevarán á morir en un islote inmediato á la gran barrera, como murió mi abuelo. Pero la intervención de Flimnap sirvió, como ya dije, para que yo encontrase un refugio aquí, donde me considero casi seguro. Tal vez se preguntará usted, gentleman, por qué razón vuelvo á la capital y me empeño en vivir en ella, estando aquí el terrible Consejo que me persigue.
Simpatía profunda; estimación grandísima; amistad sincera, eso sí, porque todo se lo merece... Lo positivo, lo cierto, es que si se me preguntara hoy por quien tuviera en su voluntad el don de arreglar las cosas al capricho de la mía, qué es lo que más ambiciono, respondería sin titubear y con el corazón en la lengua: «que no tenga fin esta vida que ahora traigo.» Y nada más ni nada menos, Virtudes; créasme o no me creas.
Usted se lo preguntará, tío.... ¡Yo no le dije cosa de sustancia...! Ya vamos viejos para andar haciendo cocos.
Palabra del Dia
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