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Actualizado: 9 de julio de 2025
Cogióla Leopoldina Pastor por las faldas, al pasar por su lado, y quiso obligarla a sentarse entre ella y Carmen Tagle... Era necesario escarmentar a aquellas indecentes radicalas que estaban allí con la boca abierta, dándose pisto, soñando quizá con la presidencia... ¡Míralas, qué retablo!...
La conclusión de este meneo mental era que «aquí lo que hace falta es un hombre de riñones, un tío de mucho talento con cada riñón como la cúpula del Escorial». Su prisión por sospechas de conspiración acentuole la soberbia y la murria soñadora, revolviendo más al propio tiempo el pisto manchego de su programa político-social.
Pero pronto cayó en la cuenta de que era un disparate. Sobre que se le mojaría, porque el día estaba lluvioso, no era propio aquel regio atavío del lugar, personas y ocasión de la visita. Tiempo tenía de darse pisto con el abrigo, la capota y otras prendas. Encargó a Fortunata que se vistiese con sencillez, y ella se puso algo más apañadita, de modo que resultase siempre la conveniente distancia.
El heredero, su hijo Martín, se comió en dos años la mitad de la herencia, y con la otra mitad pretendió en lejanas tierras a una supuesta ricachona, que resultó pobre del todo después de casada, pero muy vanidosa. Vive ella y se murió él; y con lo poco que dejó, bien estiradito y apurado, se dan el gran pisto las tres hembras de la casa.
Cuando está seca se pone en una fuente besuguera; se espolvorea con queso de Parma; se cubre con una bechamelle y se pone a dorar al horno. PISTO. Fríanse tomates, calabacines, pimientos y cebollitas; cuando se ha evaporado el agua se baten unos huevos y se revuelven bien.
Y luego venían aquí dándose un pisto... «Grandísimas... les digo para mí , yo no engaño a nadie; yo vivo de mi trabajo. Pero vosotras engañáis a medio mundo, y queréis hacer vestidos de seda con el pan del pobre» Y óigalas usted echar humo por aquellas bocas, criticando y despreciando a otras pobres.
Le repito que estoy bien seguro de ello. Ya se hará usted cargo del disgustillo que habré tenido. Con decirle que no pude probar otro bocado está dicho todo. Allí se quedó el pisto de la tía Bibiana sin que lo tocase. Yo quiero a Germán como si fuese mi hermano y le digo a usted en conciencia, Tristanito, que hubiera preferido perder cuatro mil pesetas a saber lo que he sabido.
Palabra del Dia
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