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Libro de la vida del V. Bernardino de Obregón, por D. Francisco de Herrera y Maldonado, pág. 265 b. Nicolás Antonio. Montalván, Fama póstuma en Las obras sueltas, tomo XX. Ibid., y en Filomena, pág. 2. Arte nuevo de hacer comedias. Vida del V. Bernardino de Obregón, por Herrera, pág. 265.

Calderón, por ejemplo, se inspiró en El Caballero del Febo para escribir su Castillo de Lindabridis; en el Fierabrás, para componer su Puente de Mantible; Montalván, en El Palmerín de Otiva, para escribir su comedia de igual título, etc.

De la rapidéz de su trabajo hay una prueba en sus propias palabras de la égloga á Claudio, puesto que escribió más de cien comedias en el término de veinticuatro horas, que fueron representadas. Montalván dice á este propósito lo que sigue: «Aún la pluma no alcanzaba á su entendimiento por ser más lo que él pensaba que lo que la mano escribía.

A principios del año 1635 afligieron á Lope dos penas terribles, cuando una sola de ellas, como dice Montalván, bastara para agobiar el ánimo más esforzado. No se dice cuáles fueron, pero es de presumir que fuese una la muerte del joven Lope Félix, puesto que está fuera de duda que no sobrevivió al padre.

Verdad es que leemos en Montalván, que Lope había renunciado en los últimos años de su vida á la poesía dramática por escrúpulos de conciencia; pero lo cierto es que continuó escribiendo para el teatro hasta el año de 1631, puesto que en el verano de este año compuso á ruego del Duque de Olivares una comedia, que se representó ante Felipe IV, la noche de San Juan , y que en la égloga á Claudio, de la misma fecha, aumenta el número de las escritas por él en proporción considerable sobre el indicado en el discurso preliminar de dicho volumen, induciéndonos, por tanto, á pensar, que su actividad literaria, en vez de debilitarse, se había aumentado durante este período.

La adversa fortuna de Don Bernardo de Cabrera. Las mocedades de Bernardo del Carpio. Púsoseme el Sol, salióme la Luna. El cerco del peñón de Luis Belez de Guevara. El cautivo venturoso, de Francisco de Barrientos. Un gusto trae mil disgustos, de Montalván. El hombre de mayor fama, de Mira de Mescua.

Poco después de la celebración de sus bodas, se vió Lope embrollado á causa del desafío, referido antes, que cuenta Montalván, y al fin salió desterrado de Castilla.

De todas maneras, es lo cierto que desde entonces la vida del poeta pareció declinar hacia su ocaso. El 6 de agosto, después de comer con Montalván y con uno de sus íntimos amigos, expresó Lope su deseo de morir pronto. En breve, á la verdad, había de realizarse. El viernes, 18 de este mismo mes, se levantó temprano como acostumbraba, celebró la misa y regó su jardín.

La inexactitud con que Montalván refiere las relaciones de Lope con Dorotea, y su silencio sobre la parte que tomó en una de las dos expediciones mencionadas, pueden suscitar dudas acerca del crédito que merece su narración en lo demás.

Montalván dice que, durante esta navegación, compuso el encantador poema titulado La Hermosura de Angélica, la mejor de sus imitaciones del Ariosto.