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Actualizado: 24 de mayo de 2025


Para sostener el caprichoso lujo de Felipe IV y sus cortesanos, tuvo la América que contribuir con daño de su prosperidad. Hubo exceso de impuestos y gabelas, que el comercio de Lima se vió forzado a soportar. Data de entonces la decadencia de los minerales de Potosí y Huancavelica, a la vez que el descubrimiento de las vetas de Bombón y Caylloma.

Hacia mediados del siglo XVII, cuando, á consecuencia de la afición al lujo de Felipe IV, se aumentó considerablemente el aparato escénico, sobre todo en el teatro del Buen Retiro, se convirtieron también esas danzas sencillas en bailes más difíciles y complicados, y de mayores pretensiones por su acción y sus figuras, aunque diferenciándose mucho de los insípidos modernos de espectáculo, porque la danza estuvo siempre al servicio de la poesía, y, ajustándose á la letra y al canto, tuvo su significación propia.

MARTIN HUME, The Court of Philip IV, London, 1907. DON BERNARDO, viejo DO

Díez, ibid., pág. 20. Raynouard, V, 102. Díez P. d. T., S. 45 y 199. Fabliaux, contes, etc., par Barbazan et Meon, tomo I, págs. 380 y siguientes. Véase á Zurita, Anales de la Corona de Aragón, tomo VII, c. I y II, fol. 85. Crescimbini, Comment., tomo II, pág. 44. Tiraboschi, IV, pág. 422. Raynouard, II, 134-143. Schmidt, Geschichte Aragoniens im Mittelalter, S. 461.

La gran ciudad tiene sus niños mimados en todas las artes, pero no conozco a ninguno que lo fuese tanto como él. Había nacido en una miserable y pequeña ciudad de la Champaña, pero hizo sus estudios en el colegio de Enrique IV. Un pariente suyo, que ejercía la medicina en el país, le dedicó desde muy joven a la misma profesión.

Con arreglo á una noticia, inserta en las notas á la nueva edición de Calderón, tomo IV, pág. 674, y tomada de los Avisos de Pellicer, en el año de 1640 se representó en el Buen Retiro una fiesta de Solís, Rojas y Calderón, siendo de presumir que se escribió expresamente para esta ocasión.

Antes que Lison de Biedma pidiese en las Córtes al rei Felipe IV la veda de las mercaderías estrañas, el doctor Sancho de Moncada habia querido demostrar en su Restauracion política de los pueblos de España, que su remedio estribaba tan solo en que los españoles fuesen los únicos que se ejercitasen en las artes i oficios: en que no se sacasen de estos reinos materiales para con ellos fabricar mercaderías; i en que se prohibiese la introduccion de aquellas que hubiesen sido labradas por los estranjeros.

Martial (Epigr., lib. IV, epig. 43) habla expresamente del teatro de Riga. Merecen mencionarse los de Tarragona, Mérida, Coruña del Conde, Sevilla,

El caballo de Felipe IV nos parecía un juguete, el Teatro Real una barraca, y el plano superior del cornisamento de Palacio un ancho puente sobre el precipicio, por donde podría correr con holgura quien no padeciera vértigos.

Sin embargo de lo que escribió el fanático Olmo para dar gusto á los señores de la Inquisicion, yo siempre recuerdo al ver la constancia de los judíos españoles en no abandonar su lei á pesar de las iras del Santo Oficio, i en morir valerosamente cuando eran descubiertos i castigados, lo que en el siglo IV de la iglesia escribia Lucífero, obispo de Caller, al Emperador Constancio en nombre de todos los demás cristianos perseguidos.

Palabra del Dia

bagani

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