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59 Y apedrearon a Esteban, invocando él y diciendo: Señor Jesus, recibe mi espíritu. 60 Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les imputes este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió en el Señor. 1 Y Saulo consentía en su muerte. 2 Y llevaron a enterrar a Esteban varones píos, e hicieron gran llanto sobre él.

No es ya la Ley Morúa lo que preocupa á los directores del movimiento; y la carta de Evaristo Estenoz al cónsul de los Estados Unidos en Santiago, prueba que los que hace un mes se lanzaron al campo invocando los derechos de una raza, se darían por satisfechos hoy á los treinta días cabales de iniciado el movimiento con escapar al plomo y el machete de sus incansables perseguidores.

Que el consejo de la ciudad, viendo los escandalosos movimientos, y no queriendo usar de rigor, llana y pacíficamente habia hecho requerir á los familiares y gente del obispo, intimándoles se desarmasen y desencastillasen, dejando libres las torres y castillos; á lo que no quisieron ellos condescender, antes por el contrario, obedeciendo á las sugestiones del obispo, siguieron haciéndose fuertes, esperando su socorro, invocando en las torres á su ilustrísima y á la demas gente que en su ayuda venia, á cuyas señales dicho señor y los de su concierto respondieron, con lo cual, creciendo el endurecimiento y obstinacion de sus familiares, empezaron á tirar contra la ciudad y contra los que estaban ocupando la fábrica y obra de la iglesia, donde mataron é hirieron muchos hombres.

Los han tratado, en otras palabras, como se trata en todas partes á los que se colocan fuera de la ley, á los que atentan contra las instituciones patrias, y á los que, invocando derechos más ó menos imaginarios, hacen buen uso del mismo estado de alarma que han creado, para apoderarse de lo ageno contra la voluntad de su dueño.

Pero ¡ah! cuando al versículo amenazador siguió el de la esperanza ¡con qué fe, con qué fervor escuchó la promesa de la infinita misericordia! ¡cómo, vertiendo copioso llanto, rogó a Dios, invocando su clemencia, que olvidase su justicia, recordando sólo su misericordia y su magnanimidad!