Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 25 de octubre de 2025


Debiendo prevenir, que al tiempo de romper la marcha, llegó el hijo de Lincon, asegurando haber visto dichos indios, por cuyo motivo, luego que mudó caballo este indio, se envió adelante con cinco indios, y nuestro vaqueano Funes, dándoles la órden los bombeasen, enviando uno ó dos á encontrarnos por estar la noche muy oscura y no perder el rumbo.

Cuando nosotros nos preparábamos a salir para buscarle en Andújar, llegaba él a Bailén de paso para La Carolina, donde creía encontrarnos.

En una ocasión de aquéllas, al sentir en su pecho la respiración soñolienta de la mujer, díjola con melancólica dulzura: Y pensar, Aixa, que vendrá, tal vez, un día en que al encontrarnos por alguna calleja nos miraremos con odio. Será o no será respondió la sarracena. Los destinos van colgados de nuestro cuello.

Nos dimos cita para encontrarnos en Burgos ó Bilbao, cambiamos algunos abrazos muy cordiales, y tomamos direcciones opuestas. La diligencia volvió á servirme de prisión desde Córdoba hasta Madrid, en un trayecto de 350 kilómetros, despues de haber dado la vuelta á las Andalucías.

GOPA. ¿Por qué, entonces, estás inquieto, triste y como desesperado? ¿Por qué no se aquieta en tu voluntad? SIDARTA. Si no te amase, mi voluntad no se aquietaría en ti, porque buscaría más alto objeto de su amor. Amándote, no se aquieta tampoco, porque teme perderte. En breve plazo nos separará el destino, y renaceremos bajo nuevas formas para no volver acaso a encontrarnos jamás.

Hacía, pues, algunas semanas que ambos vivíamos en el desierto y fué para nosotros un cambio agradable el encontrarnos en medio de la animación civilizada de una ciudad, entre compañeros amables.

Rafael no sabía qué decir. Le turbaba la sonrisa irónica y fría de su antigua amante; sentíase avergonzado por el recuerdo de su brutal despedida. Quería hablar, y sin embargo, no sabía qué decir; le pesaba aquel usted ceremonioso con que se habían tratado al subir al coche. Por fin se atrevió a decir tímidamente, hablando en tercera persona: Encontrarnos aquí, ¡qué sorpresa!

Treinta años lo conozco, señor. Vendemos en diferentes barrios, pero nos vemos todas las madrugadas al hacer nuestras compras, y por la noche volvemos á encontrarnos en la misma taberna. ¡Un infeliz! Ahora sus asuntos andan mal; trabaja poco; sabe demasiado. Su protector le enseñó muchas cosas; él me las dice, y yo paso las horas muertas en la taberna escuchándole.

De encontrarnos en otra ocasión, nos habríamos visto por unas horas nada más, siguiendo cada cual su camino, sin ningún deseo amoroso. Pertenecemos á mundos distintos... Pero estábamos inmovilizados en el mismo país, poseídos del tedio de la espera, y lo que debía ser... fué.

A las dos ménos cuarto de la madrugada del dia 1.° de Mayo fondeábamos en aquel puerto sin que saliera á encontrarnos ninguna lancha. A invitación del Cónsul de esta colonia, Mr.

Palabra del Dia

aprietes

Otros Mirando