Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 24 de septiembre de 2025


¡Ah, ya me lo esperaba!... Por lo menos ese tiene suerte... murmuré, ya amargado del todo. ¿Por qué? me preguntó. Sin responderle, me encogí violentamente de hombros y miré a otro lado. Ella siguió mi vista. Pasó un momento. ¿Por qué? insistió, con esa obstinación pesada y distraída de las mujeres, cuando comienzan a hallarse perfectamente a gusto con un hombre.

¿Qué sueño de vals desagradable para Vd.? me dijo de pronto, sin dejar de recorrer el salón con la vista. Un vals de delirio... no tiene nada que ver con esto me encogí a mi vez de hombros. Creí que no hablaríamos más esa noche. Pero aunque María Elvira no dijo una palabra, tampoco pareció hallar al compañero ideal que buscaba.

Isabel y Villa no se habían separado. Consideré con tristeza al pobre comandante, preso de nuevo en las redes de aquel amor imposible, cuando Joaquinita se me acercó diciendo: ¿Mira usted a Villa? ¿Verdad que parece imposible que un hombre formal se ponga en ridículo hasta ese punto? Me encogí de hombros y sonreí. ¡Ponerse en ridículo! ¿Qué le importa al que ama de veras ponerse en ridículo?

La tía pescueza, que aún persistía en su conquista, vino a con una caña en la mano, y me dijo en voz baja: Así me gustan los hombres. Perdona, hijo, si te he llamao gallego. Me encogí de hombros con indiferencia superior, y le volví la espalda. Fui a sentarme al lado de Primo. Pasado el primer momento de malestar, todo volvió a su ser.

Palabra del Dia

suplicaban

Otros Mirando