United States or Peru ? Vote for the TOP Country of the Week !


Pronto la isleña curiosidad se enteró de los nombres de estos forasteros de aspecto alarmante. Ella era una francesa, autora de libros: Aurora Dupín, antigua baronesa separada de su marido, que se había hecho una reputación universal por sus novelas, firmándolas con un nombre masculino y el apellido de un asesino político: Jorge Sand.

Sabemos muy bien que S. Gerónimo era activo y ardiente quando impugnaba á los hereges; pero el zelo, no el dolo, era el que encendia su fuego, como lo ha mostrado muy bien DUPIN en su obra de Veritate.

Las novelas que publicó en La Prensa las iba haciendo diariamente en la misma imprenta, entre el ruido ensordecedor de las máquinas. Aurora Dupin gozaba de parecida facilidad. Trabajaba de un tirón ocho horas diarias, con la condición ineludible de que había de ser por la noche.

Y el émulo de Cicerón y de M. Dupín, envanecido por la impresión que su dialéctica y su retórica parecían producir en el ánimo de su interlocutor, prosiguió diciendo: En primer lugar, mi traición a Magdalena no era tan grave como parecía, puesto que el objeto de mi nuevo amor era una persona que había vivido siempre a su lado, una amiga, prima, hermana pudiéramos decir, en quien me parece continuar mis pristinos amores, pues me retrata constantemente a Magdalena en sus gestos, en sus palabras.

Todo lo contrario fué el gran novelista Gustavo Flaubert, que después de horrenda lucha con su estilo torturado, en una sesión de diez horas sólo podía producir una cuartilla impecable, eso , y maravillosa. Alejandro Dumas, padre, se contentaba con un vaso de limonada. Balzac hacía un enorme consumo de café, y Aurora Dupin, la Jorge Sand, fumaba como un marino.