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Actualizado: 17 de octubre de 2025
En ambos casos hay percepcion de una verdad; en ambos casos se necesita atencion, aplicacion de las facultades del alma; pero con el ejemplo que sigue palparemos que lo que en el uno daña, en el otro favorece y vice-versa; y que las clasificaciones y distinciones que en el primero eran indicio de disposiciones felices, son en el segundo una prueba de que el disertante se ha equivocado al elegir su carrera.
No necesitamos decir que se observaban las principales distinciones en el rango de los personajes, y que el militar aparecía vestido de diverso modo que el paisano, y el caballero que el menestral.
Y fuera de estas distinciones y las que también conocemos, ¿de qué otras había sido objeto hasta allí? Decididamente necesitaba hacer algo extraordinario en sus dos conceptos de hombre político y acaudalado personaje. Por ejemplo: pronunciar un discurso en las Cortes y dar un baile en su casa.
El orgullo de doña Beatriz, su decoro aristocrático, que le tenía, aunque nacida en pobres pañales, y sus creencias cristianas, vivas y fervorosas como de persona educada por un sacerdote de ejemplarísima virtud, repugnaban todo recurso que pudiera mancillar; pero su afán de elevarse y de elevar a su familia le sugería, a su ver, medios decentes y honrados por donde lograr riqueza, dignidades y distinciones, con facilidad y sin desdoro ni culpa.
La duquesa le agasajó con esas distinciones que guarda la mujer bonita para quien rinde pleito homenaje a su hermosura, y Josefina, acostumbrada a la trivial conversación de gomosos insulsos, sintió hacia él profunda simpatía.
La reina, pues, procuró neutralizar el poder de Lerma respecto al insuficiente espía que la había puesto al lado, colmando de favores y distinciones á la duquesa y demostrándola un cariño de amiga, más que de soberana. La duquesa tragó el anzuelo, y no vió de la reina más que lo que la reina quiso que viese.
Ven, muerte, tan escondida, Que no te sienta venir, Porque el placer de morir No me torne á dar la vida. No sucede así con los antiguos españoles, que ignoran estas distinciones, y jamás confunden los romances y las redondillas.
Palabra del Dia
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