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Actualizado: 7 de junio de 2025
LEONIE. Ahora hay algo menos que hacer, a causa de la marcha de los norteamericanos. Dentro de poco no nos quedará mas que la clientela ordinaria... CIRILO. ¡Ah...! ¿Se dedica usted a los negocios? LEONIE. ¿A qué negocios...? CIRILO. Yo creía... Acabo de ver en la puerta una placa comercial... LEONIE. Y como tú no me los pedías, yo no te los di.
El dinero sigue guardado en los campos en forma de tesoro, en el fondo de una tinaja, o se dedica a la usura en las poblaciones, lo mismo que en pasados siglos.
Mayo de 1884. Al pueblo colombiano, en estos momentos de amargura, dedica la reedición de este libro, como homenaje de respeto y cariño MIGUEL CAN
En esto, el de los caracoles se había sentado junto a Frasquito, y con su mirar siniestro era el terror de los parroquianos que les rodeaban. «Puesto que usted se dedica al corretaje de anuncios, ¿podría indicarme una buena casa de huéspedes?... Precisamente hoy he hecho dos... Aquí las tengo en mi cartera para Imparcial y Liberal.
El recluta siente en el occipucio los ojos de las alcarreñas que le excitan a mostrarse cada vez más agudo y espiritual, y éstas advierten con inocente alegría que aquel derroche de gracia y de ingenio no es otra cosa que un fervoroso homenaje de adoración que el gentil recluta les dedica.
Lo que resta de él se dedica a la poesía, a la comedia, a los escarceos teológicos. La ciencia es un camino que conduce a la hoguera.
El cuarto es el pansit guisado que se dedica... ¡al gobierno y al pais! Todos se volvieron hácia Makaraig.
¡Oh, oh! ¡D. Martín, por Dios! ¡Atrévase usted a decir que no los conoce! Hombre, sí... de algunos sé... Por desgracia, necesito entrar en ellos alguna vez... Este señor se dedica a las jóvenes extraviadas continuó D. Martín, dirigiéndose a su compañero, que sonreía lleno de asombro. ¡Jesús! Considere, D. Martín, que este señor no me conoce... Pues para que le conozca a usted hablo.
En él de día y de noche a sus gustos se dedica, y aun harto se mortifica en no dormir en el coche.» Y Calderón, en la jorn. Cayó en gracia esta frase, y los poetas la llevaron y la trajeron, como a la Inés de Yo te lo diré después, y como un siglo antes habían llevado y traído a la bella malmaridada.
No tienen acento andaluz, ni mantones de Manila, ni gracia gitana, ni nada... Soy española, ¡olé! canta una cupletista. Y para afirmar su españolismo, golpea fuertemente el tablado con un pie, y se dedica, durante un año, a hacer flexión de riñones al compás de la música. Luego dice dónde ha nacido, que es: o en el barrio de Maravillas, o en las Vistillas, o en Triana, o en Granada.
Palabra del Dia
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