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Actualizado: 20 de julio de 2025
Arriba la mas espléndida region de la Colombia meridional; un panorama infinitamente variado de llanuras y colinas, de selvas y montañas, de contrastes interminables en las formas, los colores y los recursos de la naturaleza; y toda esa sucesion de valles lacustres y de lujosas serranías, enriquecida por una poblacion activa, numerosa y bastante civilizada, y por las obras de una agricultura progresiva, que se mancomuna con el comercio, la industria pecuaria, las artes y la minería.
Por obra de la casualidad se producen a menudo contrastes muy curiosos que parecen chanzas muy pesadas del destino. Sobre la cómoda y debajo del mechero encendido del velón, había un rimero de cartas y periódicos que había puesto yo allí la noche antes para ir entreteniendo con su lectura mis largas horas de vela después que, pasado el ataque de asma, pudo conciliar el sueño mi tío.
El que eso ha escrito no es sólo un estilista, un Vanderbilt del idioma, es más aún; es un humorista, legítimo discípulo de Sterne, lector asiduo quizá del Tristam Shandy. Esa fácil ironía, ese buen humor inagotable, esa fuerza superior de sarcasmo, por momentos alegre, sonriente, burlón, en una palabra «esa rapidez de impresiones y esos contrastes siempre nuevos, son el secreto del humorista».
Nada mas extraño que la fisonomía de esa ciudad, simultáneamente gótica, árabe y gitana, artista y fabricante, religiosa y voluptuosa, rica y harapienta, llena de jardines y de miserias,-bella y horrible, animada y cadavérica, esperanza y escombro al mismo tiempo. Allí todo es contrastes, conjunto de los tipos mas diversos, rasgos de la mas compleja fisonomía social que puede hallarse.
Y sinembargo, nada ofrece contrastes mas evidentes que la estructura interior y el panorama de Lieja. Un pintoresco grupo de pequeñas montañas que parecen afluir hácia la ciudad, determina allí uno de los mas risueños valles que he conocido en las regiones de Europa que se inclinan hácia el canal de la Mancha y el mar del Norte.
Y si no, se decía, no había más que repasar su existencia, fijarse en los contrastes que ofrecía, en los riesgos a que le arrastraba su pasión y en la calidad y cantidad de esta.
Palabra del Dia
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