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Actualizado: 19 de mayo de 2025
Creemos saberlo todo y no sabemos nada. Nuestras imaginaciones caprichosas es lo que nosotros reputamos por axiomas infalibles. Y así la mentira pasa por verdad, y la iniquidad es justicia. El tiempo y la distancia lo borran y trastruecan todo. No sabemos lo que pasa a nuestro lado: ¿cómo saber lo que ha pasado en tiempos remotos y lo que ocurre en luengas tierras?
He visto en libros de Física, y tambien de Medicina establecerse sistemas vanísimos con difiniciones, divisiones, axîomas, y postulados puramente arbitrarios. Ya se ve que si se le conceden á un Autor todos estos antecedentes en el modo que él se los figura, podrá de ellos deducir quanto le sugiere su imaginacion.
No pueden sentarse axîomas que sean disputables, ni admitirse postulados de cosas que están en controversia. PEDRO DANIEL HUECIO, Obispo de Avranches, ha probado esto contra el método geométrico al principio de sus Demonstraciones evangélicas.
Los Geómetras, que de axîomas fáciles y simples pasan á descubrir verdades difíciles, usan del método sinthético; y no hay duda ninguna, que uno y otro método conducen á descubrir la verdad, bien que con diferencia, de modo, que hay cosas que no pueden averiguarse sino por el método analítico, y otras por el sinthético.
Sígase con atenta observacion el desarrollo de la ciencia geométrica y se echará de ver que la dilatada serie de axiomas, teoremas, problemas, demostraciones, resoluciones, arranca de unos cuantos postulados, y que continúa siempre con la ayuda ó de estos mismos ó de otros que la razon excogita, conforme lo exige la necesidad ó la utilidad. ¿Qué es la línea? una serie de puntos.
El método geométrico pide difiniciones, divisiones, axîomas, postulados, que se sientan como presupuestos y concedidos para establecer las proposiciones.
Cuando los autores tratan de esta operacion del entendimiento, amontonan muchas reglas para dirigirla, apoyándolas en algunos axiomas. No disputaré sobre la verdad de estos; pero dudo mucho que la utilidad de aquellas sea tanta como se ha pretendido.
Este reparo, á primera vista muy grave, deja de serlo si se reflexiona que los axiomas mas evidentes pueden ser considerados de dos maneras: empírica, ó científicamente; ó en otros términos, en cuanto sirven á la aplicacion, ó en cuanto son objeto de un exámen analítico.
Apénas dimos los primeros pasos en la carrera de una ciencia, se nos ofrecieron ciertos axiomas como de eterna verdad, se nos presentaron ciertas proposiciones como sostenidas por demostraciones irrefragables, y las razones que militaban por la otra parte, nunca se nos hizo considerarlas como pruebas que examinar, sino como objeciones que soltar. ¿Habia alguna de nuestras razones que claudicaba por un lado? se acudia desde luego á sostenerla, á manifestar que en todo caso no era aquella la única; que estaba acompañada de otras cumplidamente satisfactorias; y que si bien ella sola quizas no bastaria, no obstante añadida á las demas no dejaba de pesar en la balanza y de inclinarla mas y mas á favor nuestro. ¿Presentaban los adversarios alguna dificultad de espinosa solucion?
Pero, en general, se debe confesar que Martinán no se sumía en estas obscuridades de la lógica sino cuando algún paisano tenía la mala ocurrencia de hacerle beber quieras que no unas copas de aguardiente. Formaban la base de su sistema ciertos axiomas que consideraba fuera de discusión.
Palabra del Dia
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