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Actualizado: 17 de mayo de 2025
Pero al ver que Ojeda se molestaba por estas amabilidades, adivinando su malicia, abandonó todo disimulo, añadiendo con admiración: Compañero: le envidio y le tengo lástima. Es usted un valiente, ¡pero lo que se ha echado encima!... Antes del término del viaje deseará llegar a tierra, lo mismo que un náufrago que se ahoga. La comida de esta noche era con banderas y guirnaldas.
Y todo en su persona demostraba la facilidad con que podía olvidarse de su parentesco si recibía la orden de proceder contra don Marcelo. Calló éste, bajando la cabeza. ¡Qué iba á hacer!... El capitán reanudó sus amabilidades, como si hubiese olvidado lo que acababa de decir. Quería presentarle á sus camaradas.
Con tales ideas respecto a sus nuevas, o mejor dicho, renovadas amigas, la Condesa de San Teódulo se deshizo en amabilidades. Beatriz estuvo en la tertulia encantada y encantadora. Satisfecha de verse atendida y mimada por todos, desechó la cortedad y tomó la tierra, como si hiciera ya años que asistiese en aquellos salones.
Todavía, sin embargo, encontraban en ellas sus ojos de colegiala cosas harto extrañas. Disgustaban a la duquesa las risotadas de la banquera; pero pasaban de dos millones las hipotecas que el cónyuge de esta tenía sobre los bienes de aquella, y ante la perspectiva de una prórroga necesaria, era preciso preparar el terreno con paciencia y amabilidades.
Delaberge obedeció y suavemente apoyada en él, trató la señora Liénard, a fuerza de amabilidades y de exquisitas atenciones, hacerle olvidar las palabras poco meditadas que hubiesen podido molestarle.
Y luego yo tengo una práctica tal, que en seguida comprendo. Sobre todo, como usted es tan guapita.... Turbóse mucho la joven con aquellas palabras; pero la esperanza de que pronto llegarían á la decantada calle del Humilladero, la serenó, haciéndole más llevaderas las amabilidades del buen hombre.
Ello es que estas caricias menudeaban tanto, que no hago memoria de si recibí alguna en aquella ocasión: lo que sí recuerdo es que mi señor, a pesar de haber redoblado sus amabilidades, no consiguió ablandar a su consorte. No he dicho nada de mi amita.
Palabra del Dia
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