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Actualizado: 25 de mayo de 2025
A las primeras corresponden la pintura, la escultura y la arquitectura; y á las segundas, la música y la poesía, division con la cual yo no estoy del todo conforme, por las razones que paso á esponer.
A pesar de esta última súplica, que denotaba una inquietud y una vacilación mal disimuladas bajo la aparente resolución de las primeras líneas, Liette no respondió, firmemente decidida, aunque se rompiese su corazón, a no salir de la reserva que le mandaban imperiosamente su dignidad y su deber. Raúl volvió a la carga.
Sí, tal vez; era casi seguro. Alicia mostró de pronto cierta confianza. Ocho meses que nada sabía de él; pero otras madres estaban en el mismo caso. No debía desesperar. Hombres dados por muertos en las primeras batallas volvían á sus casas después de un largo cautiverio. Además, ¿era lógico que un hijo de ella muriese de hambre y de miseria lo mismo que un mendigo?... Lubimoff asintió otra vez.
Frustradas estas primeras tentativas, viendo que por el superior Gobierno de Buenos Aires se habia sostenido y socorrido el establecimiento del extremo de necesidad en que se vió, prepararon las armas por otros medios para destruirlos.
Y se marchó, tan fino, tan elegante y tan «correcto» como había entrado. En aquella memorable noche, ¡con qué lentitud corrieron para mí las primeras horas de ella!
Entre tanto muchas dilijencias esenciales se pierden ó se hacen irreparables é inútiles por la tardanza, y como en la averiguacion de los hechos criminales lo que no se adelanta en las primeras dilijencias, rara vez se adelanta despues, es muy raro ver una sumaria averiguacion bien instruida.
Si el temperamento sano de las dos primeras regiones permite que puedan realizarse en ellas toda clase de mejoras, no se puede esperar otro tanto de la region calurosa, en donde reinan, sobre todo en el fondo de los valles, fiebres intermitentes que atacan con vigoroso encono á todos los que fijan allí su residencia.
Cuando el sol se hundía, como una enorme elipse roja, tras las capas atmosféricas que ondulaban sobre el suelo, la tormenta, silenciosa, solemne, triunfal, descargó sus primeras gotas que, amplias y gruesas, golpeaban en los ramajes y levantaban del suelo tenues circulillos de polvo finísimo.
Muévese todo con celeridad arrebatadora; suprímense por completo los largos discursos; el diálogo es rápido y de acritud casi epigramática. La exposición del asunto no se hace por relación de algún personaje, sino que forma parte de la acción en las primeras escenas.
Palabra del Dia
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