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Actualizado: 29 de julio de 2025
Es decir, vi a los jueces, y reforcé mi derecho, o, por mejor decir, el derecho de mi tío, con tales razones, que quedaron allanadas todas las dificultades que se habían levantado contra su pacífica posesión de los bienes que tenía en Italia.
Finalmente, él contó todo lo que Pedro a don Quijote había contado. Cesó esta plática y comenzóse otra, preguntando el que se llamaba Vivaldo a don Quijote qué era la ocasión que le movía a andar armado de aquella manera por tierra tan pacífica. A lo cual respondió don Quijote: -La profesión de mi ejercicio no consiente ni permite que yo ande de otra manera.
Terminado el frugal desayuno, púsose en camino el físico, caballero en su pacífica mula y seguido á corta distancia por el sacamuelas y el músico, amodorrado éste todavía á consecuencia de los jarros de cerveza de la víspera.
La suavidad de la tierra, en extremo pacífica antes de aparecer el hombre en ella el atractivo de alimentos vegetales que no se escabullen como la presa marina, sin duda que también el amor, tan difícil para la ballena y tan fácil en la sosegada vida del anfibio. El amor deja de ser fuga y azar.
El Brasil, lo repito, puede conjurar sus peligros con una política internacional franca y pacífica, con reformas radicales en su sistema financiero, y con una aplicación más práctica y verdadera del régimen parlamentario.
El puede más que los alambrados malos. ¿Alambrados?... ¿Pasa? ¡Todo! Alambre de púa también. Nosotras pasamos después. Los dos caballos, vueltos ya a su pacífica condición de animales a que un solo hilo contiene, se sintieron ingenuamente deslumbrados por aquel héroe capaz de afrontar el alambre de púa, la cosa más terrible que puede hallar el deseo de pasar adelante.
Lo que importa es proceder con calma, para que vean todos que no hay parcialidad, que no hay odio, que no hay espíritu de venganza, que usas de un derecho, y hasta obedeces á un deber.» La venganza impetuosa, violenta, francamente injusta, no habia podido alcanzar un triunfo que ha obtenido sin dificultad la venganza pacífica, insidiosa, disfrazada hipócritamente con el velo de la razon, de la justicia, del deber.
Es la gran falta de mi vida la que quiero contar aquí, la falta de la cual hemos sido víctimas, tú, yo y también un tercero, que es puro y bueno, y que sin embargo ha sido la causa de todo. Yo era una niña pacífica y predispuesta a la soledad.
Una nativa autodidaxia la hacía hábil para toda clase de labores, y su naturaleza pacífica y bien dispuesta se avenía mal con la ociosidad. Sonrió a Salvador con una encantadora picardía, muy nueva en su semblante.
En fin, la manufactura de algodon, fortaleza pacífica del trabajo, es el símbolo del sistema moderno de conquista y civilizacion: el de las colonizaciones fecundas, el comercio libre, la emancipacion del hombre por el trabajo, y la potencia maravillosa de las máquinas que espiritualizan la materia y mejoran la condicion de la humanidad.
Palabra del Dia
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