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Actualizado: 20 de junio de 2025
Lo he hecho todo, prevenido todo y arreglado lo mejor que he podido; he encontrado el medio de estar dentro y fuera, en casa y en la calle. Afortunadamente las calles son magníficas; el afirmado no tiene nada que envidiar al del bulevar. Hemos salido a las diez, y ahora ya nos tiene usted instalados.
El ácido prúsico o cianhídrico, señora, es un veneno muy difícil de fabricar, imposible de adquirir, imposible de conservar puro, aun en recipientes negros. ¿Y deja trazas? ¡Magníficas! Tiñe a las gentes de azul; así es cómo se ha descubierto el azul de Prusia. Usted se burla de nosotros, doctor. Usted no tiene respeto ni por aquello que hay de más sagrado en el mundo: la curiosidad de una mujer.
Al cuarto, todo lo anterior, más dos magníficas casas en construcción en lo mejorcito de la ciudad. Al quinto, era su firma una de las más respetables de la plaza, y de las más respetadas fuera de ella. Entonces le avisaron de Madrid que su hija estaba al corriente de cuantas materias de utilidad y adorno podían enseñarse a una joven de la buena sociedad, y fué con su señora a recogerla.
El Mosco sonreía unas veces; otras contestaba con gruñidos de mal humor. Había noches magníficas, en las que caían dos o más corzos, que a aquellas horas estaban ya desollados y descuartizados, vendiéndose ocultamente entre los vecinos de Tetuán.
Su casa era la mejor que había en Villalegre, con una puerta principal adornada, a un lado y a otro, de magníficas columnas de piedra berroqueña, estriadas y con capiteles corintios.
En materia de comunicaciones tiene Milan caminos de hierro á Camerlata y Treviglio: este último, que es el de Venecia, estará muy pronto terminado completamente: hay diligencias para casi todas las ciudades de Italia: las carreteras, en general, son magníficas.
Gregorio Machado era el más rico propietario de todo el Brasil, dueño de muchos fondos públicos y de acciones del Banco, de magníficas fazendas en las provincias de San Pablo y Pernambuco y de florestas dilatadas, donde abundaban las maderas preciosas, en la interior provincia de Mato-Grosso.
Visitó a los amigos de su padre: no le faltaron buenas palabras, promesas magníficas. Nada llegaba sin embargo. Miguel Rivera habló al ministro de quien era secretario, y éste prometió colocarle en una carrera que iba a organizar para la inspección de los ferrocarriles. Carlota había concluido con sus objetos más o menos preciosos.
Conocía el tiempo lo mismo que un pastor viejo, y no había miedo de que se equivocase. Luego se encaró con Gallardo. Te voy a echar este año unas corrías magníficas. ¡Qué toros! A ver si les das muerte como güenos cristianos. Ya sabes que este año no he quedao contento der too. Los probesitos meresían más.
Una de las mas notables de esas obras es la gran tumba de Eduardo IV, cuajada de esculturas magníficas, y que tiene una forma singular por las torres circulares que la encuadran.
Palabra del Dia
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