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Actualizado: 28 de junio de 2025
Si los hechos son contingentes pueden exîstir, y dexar de exîstir, esto es, considera el entendimiento, que la existencia de ellos se puede conformar con los principios de la razon humana, y tambien la no exîstencia: por consiguiente, atendida la naturaleza de los hechos contingentes, tan verosimil es que exîstan, como que dexen de exîstir.
Hase de poner gran cuidado antes de difinir las cosas en hacer de ellas descripciones exâctas, notando las particularidades que las acompañan, como sus causas, sus efectos, sus necesarias ó contingentes mutaciones, sus atributos perpetuos é invariables, sus movimientos, las leyes inviolables que guardan en sus acciones, sus propiedades, su origen, aumento, perfeccion y fines, combinando todo esto con los tiempos, y notando puntualmente la perseverancia, encadenamiento y mutaciones que observan.
La primera se funda en ideas necesarias, la segunda en hechos contingentes: aquella sin esta no descenderia al mundo real; esta sin aquella no se elevaria á la region científica. Pero como no hay ninguna ciencia natural que pueda desentenderse de estos últimos, tampoco es dable encontrar una capaz de purificarse enteramente de la contingencia que ellos le comunican.
Mientras el vapor terminaba su carga paseó por la ciudad, visitando á sus primos los fabricantes ó permaneciendo, como un desocupado, en los cafés. Seguía con los ojos la corriente humana de las Ramblas, en la que se confundían los hijos del país y los pintorescos y disparatados contingentes aportados por la guerra.
No cabe esencia, nó propiedades, nó relaciones, en lo que es pura nada: luego hay algo necesario en que estriba la verdad necesaria de esas naturalezas, propiedades y relaciones que el entendimiento concibe en las mismas cosas contingentes. Luego hay Dios; y el negarlo es convertir la ciencia en una pura ilusion. IV, cap.
Los seres contingentes están sometidos á la condicion del tiempo; y todos los conocimientos que á ellos se refieren, deben contar siempre con esta condicion. Su existencia se limita á un determinado espacio de tiempo; y conforme á esta determinacion es preciso pensar y hablar de la misma.
Si la demostracion de la veracidad y de la existencia de Dios la sacamos de las ideas de los seres contingentes y necesarios, de efectos y causas, de órden y de inteligencia, tropezamos otra vez con el mismo obstáculo, y todavía no sabemos cómo hacer el tránsito de la idea al objeto. Cavílese cuanto se quiera, nunca saldremos de este círculo, siempre volveremos al mismo punto.
Reflexionando sobre esto se deduce que fuera del mundo contingente ha de haber un ser necesario en el cual esté fundada esa verdad necesaria que es el objeto de la ciencia. Esta no puede tener por objeto la nada; pues bien, los seres contingentes prescindiendo de su existencia, son pura nada.
A las verdades reales corresponde el mundo real, el mundo de las existencias; á las ideales el mundo lógico, el de la posibilidad. El verbo ser se toma á veces copulativamente sin que la relacion que por él se expresa sea necesaria; así sucede en todas las proposiciones contingentes, ó cuando el predicado no pertenece á la esencia del sujeto.
Es contradictorio que un triángulo tenga cuatro lados; y es absurdo que un triángulo no tenga tres ángulos. Aun en el órden real, concebimos muchas necesidades hipotéticas en los seres contingentes; tales son las que resultan cuando les aplicamos principios absolutos en alguna hipótesis suministrada por la experiencia.
Palabra del Dia
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