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Actualizado: 10 de junio de 2025


En realidad, el intendente, que no comprendía por qué Marta deseaba impedir la partida de la joven, había rechazado sus tentativas como absurdas; pero todavía podía contar con algunos días, y creía que conseguiría convencer a Mathys, sin traicionar los motivos que la inspiraban.

No le había dicho todavía a Elena que habían resuelto mandarla al convento. Tenía miedo de desgarrarle el corazón con aquella triste noticia. Por otra parte, tenía la esperanza de que con ayuda de Mathys conseguiría parar el golpe fatal que las amenazaba a las dos.

Pero cuando dio más claras muestras de su talento portentoso y de los vastos conocimientos que había logrado adquirir en aquel ramo del saber, fue al proponer que la señorita a quien acertase lo que tenía en el bolsillo quedase obligada a darle un beso. Tal seguridad tenían todas de que nada conseguiría, que no vacilaron en aceptar la proposición.

Una diestra varonil había abierto este orificio por el que escapaba la última burbuja de su existencia... Y el capitán, viendo el perfil doloroso, con su sien purpúrea, pensó horrorizado que nunca conseguiría borrar de su memoria la fúnebre visión.

Barbacana, con la superioridad de su inteligencia, y aun de su instrucción, comprendía dos cosas: primera, que se había arrimado a pared más sólida, a gente que no desampara a sus amigos; segunda, que cuando se le antojase pasarse con armas y bagajes al campo opuesto, conseguiría siempre hundir a Trampeta. Ya había tirado sus líneas para el caso próximo de la elección de diputados.

Aquellos vecinos habian sido los mas tenaces en el fomento y apoyo de la sedicion, fiados sin duda en la situacion ventajosa que ocupaban; de manera que, reconocida por el Comandante General, D. José del Valle, estimó, que para reducirlos era menester emplear muchos dias, y que no lo conseguiria sino á costa de mucha sangre, no obstante la impericia de los sediciosos; graduando la espugnacion de aquel puesto, capaz de detener dos meses á un ejército aguerrido y numeroso, si le hubiesen ocupado y defendido enemigos de otra naturaleza.

Es usted un amable joven y si ella le volviese á ver, ¡sabe Dios lo que podría suceder á esta niña, de corazón tan sencillo y tan puro!... Pero, señorita, mi tutor tiene por una intensa afección y estoy seguro de que conseguiría vencer sus prevenciones.... ¿Usted lo cree? ¿Es usted un hombre honrado? ¿Y puede usted dudarlo?

Estaba tan acostumbrada al dominio absoluto de su marido, que acabó por considerar sin fundamento sus sospechas y temores. Además, aunque tales inquietudes resultasen ciertas, ella conseguiría apaciguarlo y convencerlo, como lo había hecho muchas veces. La vista de un transeúnte que pasaba lentamente ante la casa mirando á las ventanas sirvió para hacerla olvidar á su esposo. Era Manos Duras.

Tal vez así se conseguiría también que no se le antojase en Washington á ningún senador remedar á Catón Censorino y, en vez de llevar higos en un pliegue de la toga y de exclamar delenda est Carthago, llevar en un faldón de la levita azúcar mascabada ó catite, y exclamar: delenda est Hispania. Y aquí pongo término á esta prolija carta, prometiendo no escribir la tercera, pues basta con lo dicho.

¿Tiene usted, tiíta, el dinero a mano? preguntó. Y mientras la señora buscaba en el bolsillo, él largó las botaratadas con que siempre respondía a tales prédicas: si no había que apurarse por tan poca cosa, cuando él trabajaba por echar los cimientos de la fortuna de la familia, y lo conseguiría en un dos por tres, porque además de sus operaciones de Bolsa, tentaba al demonio de la lotería, comprando un numerito en cada jugada.

Palabra del Dia

rigoleto

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