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Actualizado: 21 de noviembre de 2025


18 La fiesta de los ázimos guardarás: siete días comerás pan sin levadura, según te he mandado, en el tiempo del mes de Abib; porque en el mes de Abib saliste de Egipto. 19 Todo lo que abre matriz, mío es; y de tu ganado todo primerizo de vaca o de oveja que fuere macho. 20 Pero redimirás con cordero el primerizo del asno; y si no lo redimieres, le has de cortar la cabeza.

Sobre todo le encargó que llevase alforjas; e dijo que llevaría, y que ansimesmo pensaba llevar un asno que tenía muy bueno, porque él no estaba duecho a andar mucho a pie.

Don Quijote, alzando la visera, con gentil brío y continente, llegó hasta el estandarte del asno, y allí se le pusieron alrededor todos los más principales del ejército, por verle, admirados con la admiración acostumbrada en que caían todos aquellos que la vez primera le miraban.

En los Pardos de la Lage era, al contrario, axiomático que más vale asno vivo que doctor muerto.

El bondadoso Pedro alaba esta resolución de su piadosa Inés, y hasta la acompaña parte del camino; y cuando llegan á un río se cumple á la letra el refrán del asno, porque el marido ha de sujetarse á llevar á la mujer á cuestas, y á llevarla de este modo á su costa á los brazos de su amante. AP

Ella también saldría, pues sólo estaba allí por equivocación; pronto se habían de ver claras las cosas, y el asno de su marido vendría a pedirle perdón y a sacarla de aquel encierro. Sor Marcela, Sor Antonia, la Superiora y las demás madres mostráronse muy afables con ella, asegurando que era de las recogidas que les habían dado menos que hacer.

Desque me vi en hábito de hombre de bien, dije a mi amo se tomase su asno, que no quería más seguir aquel oficio. Tratado Séptimo Cómo Lázaro se asentó con un alguacil, y de lo que le acaeció con él

Si no fuese por ti, no sale adelante nunca de algunas asignaturasNuestro héroe pensaba mal del cura por esta antipatía, achacándola a lo que ya hemos dicho, porque si bien Mendoza no era un águila, ni había de sobresalir jamás en los estudios especulativos, tampoco le parecía un asno; discurría bastante acertadamente en ocasiones, era amigo de cumplir con su deber, y tenía un carácter, aunque grave, muy apacible y simpático.

Subieron las voces de boca en boca por la cuesta arriba, y en la plaza del Carmen dieron en los oídos de un alguacil, el cual, con dos corchetes, con más ligereza que si volara, se puso en el lugar de la pendencia, a tiempo que ya el herido estaba atravesado sobre su asno, y di de Lope asido, y Lope rodeado de más de veinte aguadores que no le dejaban rodear, antes le brumaban las costillas de manera, que más se pudiera temer de su vida que de la del herido, según menudeaban sobre él les puños y las varas aquellos vengadores de la ajena injuria.

Seis días se pasaron sin que saliese de casa, si no era de noche, que iba a ver a Tomás y a preguntarle del estado en que se hallaba, el cual le contó que #no# había podido hablar una sola palabra #con Costanza#. Lope le contó a él la priesa que le daban los muchachos pidiéndole la cola, porque él había pedido la de su asno, con que hizo el famoso esquite.

Palabra del Dia

vengado

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